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Ice, ice, baby! El hielo ya no es sólo para que lo pongas en tus bebidas favoritas… ¡sino también en tu cara! Y es que con el nacimiento de la crioterapia, un método que usa las bajas temperaturas para tener una piel de impacto, muchas han decidido probar su versión más fácil –y económica- que hay: usar cubitos de hielo o hieloterapia, el cual se ha convertido en el nuevo ‘santo grial’ de las amantes de la belleza.
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Sus beneficios son muchos pues además de lo evidente, que es refrescar la piel, previene las arrugas, reduce los poros abiertos, manchas, la hinchazón y favorece la circulación sanguínea, eliminando las molestas venitas o várices, celulitis, e incluso disminuyendo las estrías.
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¿Cómo puedo empezar a usarlo en mi rutina de belleza? Lo más sencillo es usar los clásicos cubitos de hielo, pero si quieres ver mejores resultados, personaliza tu técnica: si lo que quieres es disminuir tus ojeras, haz té de manzanilla y viértelo en el recipiente para hacer hielos, y luego da un suave masaje por esta área de 5 a 10 minutos.
Si lo que deseas es eliminar las manchas, haz lo mismo pero en vez de manzanilla, usa el romero y pásalo por las zonas más afectadas, algo que incluso te ayudará a calmar los granitos y a reducir los poros de inmediato. Pero si lo que deseas es tener una piel suave, libre de grasa, arrugas e hinchazón, haz cubitos de hielo con agua de rosas. Incluso puedes ponerte creativa y hacer tu propia mezcla con té verde, de menta, hierbabuena o los ingredientes naturales que sabes te hacen bien.
Para ver resultados más rápido, sé constante y realiza esta rutina todos los días en la mañana o en la noche y si ves que tu piel es muy sensible, no uses el hielo directo y cúbrelo con una gasa o pañuelo, para después aplicar crema hidratante o el suero de tu preferencia. La hieloterapia también es un buen paso para realizar antes del maquillaje, pues te dará una piel tersa y brillante, perfecta para una ocasión especial. ¿Qué esperas para probarla?
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