Recetas
Parece increíble que tan poca cosa, agua y harina y, en ocasiones, huevo, sea la base de una de las comidas que mayor satisfacción y placer nos proporciona. Un plato de pasta. Tallarines, espaguetis, macarrones, lazos, conchas, caracoles, letras, estrellas, tortellinis, raviolis, lasañas, canelones… secas, frescas, viudas o rellenas, acompañadas de tomate, o de aceite, o de pesto, o de cualquier otra salsa… pero pasta, siempre pasta. El secreto está en saber qué pasta es la que mejor combina con cada una de las salsas. Sí, eso que los italianos tienen de forma natural, porque han crecido comiendo pastas y que les lleva a echarse las manos a la cabeza si ven, por ejemplo, unos macarrones con salsa carbonara.