La villa del Sella, puerta asturiana a los Picos de Europa y a Covadonga, es un buen punto de partida para apuntarnos a un montón de planes en la naturaleza y en el medio rural, a cada cual más sostenible. Desde el Parador de Cangas de Onís podemos ir descubriendo todos ellos gracias al programa Naturaleza para los sentidos, una propuesta que se extenderá después a una veintena más de establecimientos de la red e invita a disfrutar de su entorno más próximo y más auténtico.
En el cielo, docenas de buitres. En el suelo, huellas de dinosaurios. A los lados, dos laderas casi verticales de 700 metros. Y alrededor, los pueblos del Camero Viejo, solitarios, de pura piedra y tradición trashumante. Buen lugar para pasear esta primavera admirando el paisaje. O para ir saltando con un neopreno de poza en poza.Por Andrés Campos
Tomando como punto de partida Infiesto, la capital del concejo de Piloña, y siguiendo al río Infierno, llegaremos a este singular pueblo con un conjunto etnográfico sin igual en el Principado. Más arriba deslumbran magníficos bosques, grandes pozas y cascadas y un precioso desfiladero: la foz de Moñacos.Por Andrés Campos
Con las aguas del río Caldarés bajo los pies, estos espectaculares pasos colgantes animan a descubrir la magia de la montaña del Pirineo desde otro punto de vista, más emocionante aún.Por ¡HOLA!
Una de las mayores colonias de buitres leonados del mundo anida en el cañón que surca este afluente del Duero, en el norte de la provincia. Sabinas centenarias y restos románicos jalonan un paseo a su vera desde Montejo de la Vega hasta la presa de Linares del Arroyo.Por Andrés Campos
Enmarcada por bosques de abetos altísimos, la Hochschwarzwald alemana, la de los relojes de cuco y la famosa tarta Selva Negra, es verde y está adornada de lagos, pintorescos pueblos de casas de madera y suaves cumbres que animan a calzarse las botas. Nos detenemos en los lagos, que invitan a la contemplación, al paseo por su entorno y a las actividades en sus quietas aguas.Por ¡HOLA!
Las ninfas de la mitología asturiana dan nombre a este desfiladero, una garganta de la sierra del Aramo que se puede recorrer caminando por una senda increíblemente tallada en la roca vertical. Después de andar por estos precipicios, hay que acercarse a Teverga a saludar a las osas Paca y Molina, y pedalear por una de las mejores vías verdes de EspañaPor Andrés Campos