Tras aquellos meses de aislamiento que ya solo perduran en nuestra memoria, muchos de nosotros (entre los que me incluyo) aprendimos a entrenar en casa. Con más o menos material, conseguimos mantener un mínimo de actividad física cuando no podíamos acudir a un gimnasio o, incluso, salir al aire libre. Afortunadamente, eso se acabó y, aunque salir a correr sigue siendo una de mis actividades favoritas, he conseguido crear un pequeño gimnasio en casa para completar mi rutina semanal de ejercicios con diferentes disciplinas.
Mientras el running o el spinning me ofrecen esas dos sesiones de entrenamiento cardiovascular que necesito, también dedico tiempo a realizar ejercicios de fuerza y un par de sesiones a practicar yoga o pilates en casa. Para todo ello, no necesitas una inversión económica descomunal, sobre todo, si sabes qué herramientas son indispensables y aprovechas las rebajas de invierno.