Si estás cansada de navegar por menús interminables en tu tele o tienes una vieja a la que darle una segunda oportunidad, este transmisor de streaming es para ti.
Lo que más me gusta de este modelo es su sencillo diseño que se camufla perfectamente en cualquier espacio.
Puedes manejarlo con tu voz a través del asistente de Google y viene con todas las conexiones que necesitas para empezar a usarlo desde el principio.
En su parte trasera encontrarás tres puertos: uno USB tipo C para la alimentación, un puerto HDMI para conectarlo a tu tele y un puerto Ethernet para que puedas disfrutar de una conexión a internet más estable.
La caja incluye el cable USB tipo C y el adaptador de corriente, pero no el cable HDMI, así que tendrás que hacerte con uno si no lo tienes por casa. Lo mismo ocurre con el cable Ethernet, si decides utilizarlo.
El Google TV Streamer no se queda corto en cuanto a calidad de imagen y sonido. Gracias a su resolución 4K y al soporte para HDR10+, podrás disfrutar de tus películas favoritas con una nitidez y un realismo impecables.
Y no solo eso, también es compatible con Dolby Atmos, así que si tienes una barra de sonido o un sistema de audio en casa, podrás disfrutar de una experiencia sonora envolvente.
Su mando tiene los botones clásicos, pero una novedad muy interesante: un botón programable. Con él puedes crear accesos directos a los servicios que más usas.
Ah, y tiene una función con la que podrás encontrar el mando si lo pierdes. Solo tienes que pulsar el dispositivo y el mando emitirá luz y un sonido.
Si quieres una experiencia televisiva de primera, con una calidad de imagen y sonido espectacular, una interfaz intuitiva y un montón de funciones inteligentes, entonces sí, el Google TV Streamer (4K) merece mucho la pena.