Estos son los 7 juegos que están enganchando a los niños (y también a los adultos)

No sé si conoces el juego de mesa Jenga, pero es uno de los grandes clásicos con el que todos hemos jugado alguna vez. Y, aunque no es exactamente así, Balance tiene esa tensión que generan unas piezas en equilibrio que pueden caerse en cualquier momento.

Es un juego en lata, muy fácil de llevar en tu mochila y perfecto para jugar en cualquier parte que te permite, con un oponente, ir lanzando un dado y, según lo que nos dicte, ir construyendo una torre con pequeños bloques y barras de madera. Lo que nos diga el dado es lo que tenemos que hacer, por muy complejo que nos resulte.

Está pensado para jugar entre dos, tres o cuatro, a partir de los 6 años de edad y en partidas que no pueden durar más de 10 minutos, porque la figura se cae antes siempre.

Este juego-puzzle fue la sensación de mis vacaciones familiares en la pasada Navidad. Creo que todos y cada uno de nosotros (adultos y niños) nos enganchamos a él y pasamos muchas horas intentando ser le que más lejos llegaba. 

Es un juego neozelandés muy premiado por cumplir dos objetivos: ser algo divertido y, a su vez, educativo. En realidad, necesitas una mezcla de suerte y habilidad y, al final, se convierte en algo adictivo. Y todas sus variantes permiten que las partidas sean de 1 a 6 jugadores. De hecho, es un set que incluye muchas variedades del juego y que te permite echar partidas en solitario o competir contra otros jugadores.

El objetivo es conseguir crear caminos cerrados con un número determinado de piezas, sin que ninguna se quede suelta, y siguiendo unos colores predeterminados. Se puede jugar en solitario y se convierte en un auténtico reto para la mente.

Ecko​​​​lo es la versión moderna y colorida del clásico Dominó, con piezas triangulares en vez de rectangulares que, en lugar de números, tiene en sus esquinas diferentes colores. Esto hace que el juego sea un poco más complejo.

Con miles de combinaciones posibles, a cada jugador se le reparten un conjunto de piezas. Con ellas, se debe ir dibujando un mosaico con cada uno de los colores que siempre deben ensamblar. Gana el primero que se quede sin fichas.

Ahora bien, antes de ponerte manos a la obra, tienes que crear una estrategia para que nadie te cierre el camino e intentar adelantarte a los posibles movimientos. Es un juego rápido que necesita de tu concentración.

Click Clack Cube es un juego en el que las piezas deben encajar. Y lo deben hacer siguiendo cada uno de los retos que van saliéndote en sus cartas.

Por un lado, tienes las instrucciones en esa baraja de cartas y, por otro, las piezas de colores que debes ir colocando una sobre otra, a un lado o encajadas para formar la figura que te ha salido. 

Tiene un diseño compacto que te permite llevártelo a cualquier parte. Si lo haces, estarás trabajando tus habilidades cognitivas, pues estimula el pensamiento lógico, la planificación y la coordinación mano-ojo.

Es un juego pensado para una sola persona, con partidas que no superan los 10 minutos y apto para niños a partir de 6 años.

Este puzzle diseñado para hacer en 2D y 3D es uno de los juegos más regalados de Amazon y no nos extraña, porque yo también lo he envuelto para sorprender a unas cuantas personas. De verdad, es adictivo y te mantiene horas concentrado.

Se encuentra dentro de la colección de Smartgames y una de sus grandes ventajas es que podrás jugar acompañada, intentando resolver los rompecabezas con ayuda, o solo. 

En este caso, IQ Fit está recomendado para adultos y niños a partir de los 6 años, y es perfecto para ayudarles a trabajar la visión espacial, la lógica, la concentración y enseñarles a resolver problemas. Además, no ocupa nada por lo que podrás llevarlo en tus viajes sin problemas.

Este juego forma parte de la colección ThinkFun que, además de divertidos, son capaces de retar la mente de niños y adultos. Se han convertido, en los últimos meses, en los juegos más buscados.

En esta ocasión, Gravity Maze te permitirá explorar la fuerza de la gravedad con desafíos de diferentes niveles. Para ello, vas sacando alguna de sus 60 tarjetas para crear diferentes estructuras que te permitirán después dar paso a una canica y conducirla a través del circuito diseñado.

De esta forma, se desarrolla la capacidad de planificación y el razonamiento espacial. Es un juego pensado para niños a partir de 8 años, pero también para los adultos.

Aunque te pueda parecer un cubo de Rubik, no lo es. En realidad, se asemeja más a un puzzle en el que las bolas del interior deben encajar con el color de los huecos redondos de la bola grande.

Existen muchos modelos de Rainbow Ball, pues es ya todo un clásico entre los niños, pero uno de los que más me gusta, por ser ligero, compacto y fácil de manipular, es la de la editorial Cayro.

Antes de ponerte con ello, debes pedirle a alguien que desordene todas las bolas y tú, una a una, vas cambiándolas de agujero para ir consiguiendo que cada color encuentre su sitio. Y lo haces presionando la bola y desplazándola por el interior, buscando el hueco libre hasta llegar al definitivo. Es un juego totalmente relajante.