Todos sabemos que la piel del recién nacido es muy delicada y, en muchas ocasiones, presenta algunos problemas. La sudamina, durante estos meses, es bastante frecuente, pero lo que conocemos como costra láctea también, sobre todo, durante los tres primeros meses de vida de un bebé. Y, aunque al principio nos suele sorprender, la gran mayoría no acudimos al pediatra, pues leemos que es normal y que, además, no suele ser motivo de consulta ni preocupación.
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Se trata de una secreción grasa que aparece en forma de escamas amarillentas o blanquecinas adheridas a la cabeza de los bebés. En realidad, es un tipo de dermatitis seborreica que aparece, sobre todo, en el cuero cabelludo, pero que también puede verse en la frente, en las cejas o en las orejas. En realidad, puedes no hacer nada, pues va desapareciendo paulatinamente durante el primer año de vida. Así, solo siete de cada cien afectados continuará con ella durante su segundo año de vida.
Ahora bien, si prefieres tratarla desde el principio, te recomiendo no arrancarla con el peine, pues te llevas así el cuero cabelludo también. Para ello, aunque he visto a muchas madres utilizar aceites restregados a conciencia, lo mejor es utilizar un producto específico y, tras haber probado varios, uno de los que más me gusta es este champú del que voy a hablarte.