Una de las cosas que más nos gusta en verano es pasar gran parte del tiempo en bañador. Sin embargo, muchas de estas prendas no acaban la temporada estival con nosotros en sus mejores condiciones. Se estropean bastante rápido.
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Esto es por el calor, el cloro o la sal, que hacen que los colores se vayan aclarando, pareciendo que los hemos comprado hace años. Pero no solo eso, la resistencia y elasticidad que tienen va cediendo y los protectores solares pueden, incluso, dejar manchas difíciles de eliminar. Es fácil que aparezcan pequeñas bolitas en su forro o, lo que es peor, en su exterior y algunas veces, hasta cogen mal olor.
Por eso, tras años y años de uso diario de bañadores, tanto en invierno y verano, durante varias horas al día, aprendí a cuidar muy bien de este tipo de prendas. No me duran para siempre, pero sí que alargo su vida útil con unos pequeños pasos que pueden ayudarte a ello. Y como compartir es vivir, he pensado que pueden servirte este verano para que tu bañador favorito se quede contigo toda la temporada.
Cómo cuidar tus bañadores para que te duren como nuevos mucho más tiempo
ENJUAGAR ANTES Y DESPUÉS DEL BAÑO: Cubeta plegable PEPPRIG de IKEA
Enjuagar el bañador con agua dulce inmediatamente después de salir del mar o de la piscina es la regla número uno, pues ayudas a eliminar los productos químicos que puedan dañar el tejido, la sal y la arena. Sin embargo, igual de importarte es hacerlo justo antes de sumergirte en el agua.
Esto es porque los bañadores están fabricados con una serie de polímeros que han sido diseñados para dar cierta resiliencia a la prenda, pudiéndose estirarse y recuperarse sin problema. Sin embargo, el cloro y las sales descomponen estos polímeros, de ahí que vayan estropeando la prenda poco a poco. Si la prenda se sumerge antes en agua dulce, la absorberá en primer lugar y cogerá menos agua salada o clorada. Para ello, tan sencillo como ducharse siempre antes.
Para enjuagarlo después, basta también cono una ducha, pero si nos retiramos el bañador, te recomiendo darle unas vueltas o en el lavabo o en un pequeño barreño. Yo, desde que descubrí este barreño plegable PEPPRIG de IKEA, no dejo de utilizarlo.
Te permite dejar la prenda todo el tiempo que necesites con un poco de agua, frotar si es necesario gracias a su base ranurada (en este caso, está desaconsejado) y, cuando terminas, lo pliegas fácilmente y no ocupa nada. A mí me resulta muy cómodo, sobre todo, por su tamaño y manejabilidad.
LAVAR EN AGUA FRÍA CON UN DETERGENTE SUAVE: Botanical Origin Detergente para lavadora ecológico
Ni se te ocurra dejar tu bañador horas y horas dentro de una bolsa de plástico o en el fondo del cesto de la ropa sucia. No solo dañarás la tela, sino que estarás favoreciendo la aparición de moho y malos olores.
Por eso, mi recomendación es lavarlos en cuanto llegues a casa, siguiendo las instrucciones de cuidado de su etiqueta. En general, puedes pensar que enjuagarlos con agua sea suficiente, pero lo mejor es utilizar (y así te lo indicarán) un detergente suave como este de Botanical Origins.
Es un detergente líquido ecológico formulado con un 97% de ingredientes naturales, sin colorantes ni abrillantadores, apto para pieles sensibles. Tiene un ligero aroma a jazmín fresco y lavanda silvestre.
LOS BAÑADORES DEL REVÉS Y DENTRO DE BOLSAS DE MALLA: BAGAIL Bolsas de Malla para la Colada
Aunque la gran mayoría de los bañadores se pueden lavar a mano, siempre dados la vuelta, también puedes utilizar la lavadora. Ahora bien, un ciclo de lavado delicado en frío.
Si decides hacerlo con ella, lo mejor es que coloques los trajes de baño dentro de bolsas de malla, como las que utilizas para los calcetines, las medias o la ropa interior. Protege todos los cierres de gancho, las tiras y demás elementos que puedan enredarse o engancharse.
Un buen ejemplo son estas bolsas de BAGAIL, reutilizables y muy duraderas, que han sido fabricadas en poliéster de alta calidad y, por tanto, no cogen olores. Cada una de las bolsas cuenta con su propia cremallera resistente al óxido y fácil de abrir y cerrar. El pack incluye diferentes tamaños para poder utilizarlas con diferentes tipos de prendas.
ELIMINAR EL EXCESO DE HUMEDAD: Polyte Juego de Toallas de Baño de Microfibra Antipelusa
Un traje de baño debe estar completamente seco antes de guardarlo en la bolsa de playa o en el armario. Cualquier resto de humedad hará que la tela se estropee antes de tiempo y aparezcan malos olores. Ahora bien, por mucho que el ambiente cerca de la playa sea húmedo, no utilices la secadora, acabarás por dañar los tejidos sintéticos y elásticos con los que han sido fabricados.
De la misma manera que no te recomiendo exponerlas al sol, pues perderán rápido su color. Lo mejor es eliminar el exceso de agua enrollando el bañador en una toalla, como harías con un jersey de cachemira. Después, colócalo en un área bien ventilada y lejos de la incidencia directa de la luz solar.
Para ello, puedes utilizar toallas como estas de Polyte, fabricadas en microfibra de buena calidad, muy ligeras y con un secado rápido y suave, gracias a su punto gofrado. Hay dos toallas más grandes y gruesas, pero las demás son pequeñas y livianas, con una clasificación de 399 g/m².
GUARDA TU BAÑADOR COMPLETAMENTE SECO: Honeywell TurboForce Ventilador Potente
Aunque no hay problema con colocar el bañador en una terraza, sobre una toalla o en el tendedero para que la prenda se seque, si tienes prisa por meterla de nuevo en tu bolsa o el ambiente no es demasiado propicio para que se seque, siempre puedes mejorar la circulación del aire con un ventilador pequeño.
Para ello, este de Honeywell tiene un tamaño perfecto y es muy cómodo, con una potencia suficiente como para situarlo a un par de metros y que haga su trabajo. Tiene tres ajustes de velocidad y un cabezal de movimiento oscilante de 90º. Es bastante silencioso, con lo que no te molestará y, mientras no esté junto a tus bañadores, puedes utilizarlo en tu mesa mientras trabajas.
UN PROTECTOR SOLAR QUE PREVENGA LAS MANCHAS: BLUE LIZARD Kids Sunscreen Lotion SPF 50+
Los bañadores, por los polímeros con los que han sido fabricados, retienen muy bien todo tipo de aceites y cremas que nos apliquemos. Por eso, es muy fácil que aparezcan manchas indeseadas.
Aunque pueden eliminarse con facilidad, si ves que alguna se resiste, puedes subir un poco la temperatura del agua durante su lavado, pero que nunca pase de agua tibia. Y trátala, sin frotar, con un detergente líquido.
Ahora bien, si quieres prevenirlas, hay protectores solares (los productos que más habitualmente usamos con los bañadores y que pueden dañarlos) que no contienen avobenzona, un ingrediente químico muy común que, al contacto con el agua (sobre todo, si esta es muy dura, es decir, contiene gran cantidad de hierro) puede llegar a generar óxido en la prenda.
Un ejemplo de crema solar sin este compuesto es el protector solar para niños de Blue Lizard con SPF50+ que, además, es resistente al agua y perdura bien en tu piel.
Por último, la formación de bolitas que hemos comentado al inicio, son lo único que no podemos tratar. Por eso, el mejor remedio es la prevención. Intenta evitar sentarte en los extremos de las piscinas y arrastrarte por ellos o sobre la arena, utiliza siempre una toalla.