Prepara la maleta de los niños con estos esenciales que os harán las vacaciones más fáciles a todos

Al igual que a tí te gusta elegir tu propia maleta, a los más pequeños también les gusta ir con la suya. Desde que mi bebé camina, nos gusta llevar con nosotros una que él mismo pueda llevar, porque adora colaborar en todas las tareas. 

De ahí que la Dream Reader de Samsonite se haya convertido en su 'mochila para los viajes'. Es tipo spinner, con cuatro ruedas y muy cómoda, porque viene con una cinta que puedes colocar en su parte delantera y tirar de ella (a modo de mascota) o colgártela tú al hombro. Para tu comodidad, también cuenta con doble asa superior. 

De todas las que he podido ver, ésta es de las que mayor capacidad tiene (28 litros) que, cuando debes cargar con muchos pañales, se agradece. Sus dimensiones son de 37 x 51 x 22 cm, con lo que no tienes por qué preocuparte de si entrará en cabina o no, porque entra. Y, aunque rígida (y resistente, porque la mía ya lleva un par de golpes y no se resiente), su peso es de tan solo 1,9 kilogramos. Apenas nada. 

¡Ah y viene con cierres de seguridad! Por si a tu hijo le da por abrirla en los lugares más inapropiados. El estampado Disney es variable, pero ¿a qué niño pequeño no le gustan los superhéroes?

El porteo es una práctica que, desde el nacimiento, e intentado practicar a menudo, aunque, en mi caso, mi bebé se resistía un poco. Aún así, no he salido de viaje nunca sin su mochila por dos motivos.

El primero, porque cuando son pequeños se cansan bastante del carrito, a veces no concilian bien el sueño y, para tí, que quieres seguir caminando, es una opción muy cómoda. El segundo, porque hay muchos museos y salas de exposiciones en las que no se puede acceder con carritos. Puedes llevarle en brazos, pero tu espalda, tras varios días de turismo, te agradecerá que cuentes con esa mochila.

En este caso, una de las últimas en llegar es Boppy ComfyFit de Chicco. En realidad, es una mezcla de fular y mochila portabebés que, por tanto, puedes utilizarla desde el nacimiento hasta, aproximadamente, los 15 kg.

Es muy práctica y fácil de utilizar (nada de vueltas y nudos impracticables como muchos fulares), favorece la postura adecuada en forma de M de las piernas del bebé, para no interferir en su óptimo desarrollo anatómico, y mantiene la columna vertebral en forma de C (las dos reglas básicas del porteo). Además, las partes que han sido diseñadas para tí, como las correas, son igual de ergonómicas e, importante, está fabricada en materiales transpirables.

¿Y si en medio de la carretera no encuentras una cafetería decente en la que parar para darle el biberón a tu bebé? ¿O en el hotel no hay un microondas disponible a las 6 de la mañana? Un calienta biberones portátil es también un indispensable.

Después de probar varios, el mejor para viajar es el NOMAD de izybaby, por ser portátil e inalámbrico. Cabe en cualquier bolso y su batería tiene una autonomía de 6 horas, pudiendo calentar la leche del biberón en cualquier sitio, incluido el coche. 

Además, es inteligente y tiene un sistema de calientamiento regular y seguro, con un selector de temperatura que evita los puntos calientes. De esta forma, se mantienen las propiedades nutricionales en el primer caso. Ha sido fabricado sin BPA y utiliza solo silicona alimentaria, aunque su base calefactora es de acero inoxidable. El revestimiento exterior ABS tiene una alta resistencia térmica para proteger tus manos cuando lo utilices.

Depende de la cantidad y los tipos de viajes que hagas, la inversión deberá ser una u otra. Pero, en este caso, esta es una opción con buena relación calidad-precio. 

Se trata de la silla de paseo Libelle de Cybex, que cumple con varios de mis requisitos (después de varios viajes en avión, coche y tren, varias sillas probadas): debe ser plegable y, si es apta para la cabina del avión, mucho mejor, puesto que a mi me perdieron una, con fundas que se puedan lavar, ligera y que pueda reclinarse casi hasta la horizontal, para que tu bebé duerma tranquilamente. 

En este caso, además, tiene una suspensión muy suave (algo que agradecerás, por ejemplo, en zonas empedradas), un arnés muy fácil de quitar y poner con una mano (estupendo para el aeropuerto) y apenas pesa 5,9 kg. Créeme, ésto es fundamental. Ésto y el candado o cadena de bicicleta, para poder dejarlo con tranquilidad en la salida y entrada de todos aquellos lugares en los que no están permitidos. Un truco que yo he aprendido.

Una de las cosas prioritarias para mí cuando comencé a viajar con un bebé era tener cubierto todo lo relacionado con el sistema sanitario. Me miro los hospitales con servicio de Urgencias más cercanos, confirmo con su seguro médico la cobertura que lleva y organizo un pequeño botiquín específico para él. Aun así, he aprendido dos cosas. 

La primera, que no todos los hospitales tienen servicio de pediatría en Urgencias (asegúrate bien si no quieres tener que salir corriendo al otro lado de la ciudad) y, la segunda, que el termómetro es indispensable. La temperatura te dice si las cosas van bien o no, sobre todo, en los bebés. 

Uno de los más compactos que he encontrado, en los que, además, me cabe un termómetro, es este de Miniland. Contiene unas tijeras en tamaño mini y espacio suficiente como para meter el antitérmico, unas cuantas gasas y otros pequeños accesorios que no está mal que lleves contigo. Incluso, un cepillo de dientes para los más pequeños.

A la hora de organizar el neceser de mi bebé, además, busco productos que no me compliquen la hora del baño en destino, porque nunca sé lo que me voy a encontrar al llegar. 

Uno de los últimos que he descubierto y que encuentro muy práctico es el Agua Limpiadora de Mustela, que no necesita aclarado.

Es un agua micelar para limpia suavemente la cara de los más pequeños, pero también el cuerpo y la zona del pañal, dejando su piel hidratada y limpia, además de con un agradable olor. Contiene un 98% de ingredientes de origen natural (entre los que se encuentra el aguacate BIO) y ha sido testado pediátricamente.

Las pérdidas de niños pequeños (en este caso, ya no suelen ser bebés y se mueven con autonomía) son bastante habituales en lugares amplios con grandes concentraciones de personas, como una playa o un parque. Incluso, yo he visto pérdidas en hoteles y aeropuertos. Por eso, que vayan con su nombre en la muñeca (si todavía no saben expresarse bien) y tu número de teléfono puede ahorrarte un momento muy angustioso.

Las tienes de silicona, pero también de usar y tirar, por si quieres ir cambiándola cada par de días. En este caso, las de Vicloon son, además, muy divertidas. Están fabricadas en PVC que no es tóxico ni irrita la piel, pero también son impermeables (importante en verano) y reutilizables. Se ajustan con un botón.

Ésta es una de las inversiones que más agradezco. Y a tí, igual, te parece una tontería. Pero la primera vez que tuve que bañar a mi bebé en un hotel, sin bañera, cogió miedo a que el agua cayese directamente sobre él. Por eso, en el siguiente viaje, nos decidimos por ella.

Ten en cuenta que muchos sitios en los que vas a alojarte ya utilizan plato de ducha, pero tu bebé está acostumbrado a su pequeña bañera. Es un momento en el que juegan y se relajan, parte fundamental de su rutina de noche y, en mi opinión, debe permanecer así.

Para ello, esta bañera hinchable de Jané ha sido nuestra gran aliada. Muy fácil de montar, pues se infla en apenas unos minutos, es apta a partir del nacimiento (incluye un separador para que el niño no se resbale) y cuenta con una capacidad de 30 litros. Si la cuidas bien, no tiene por qué pincharse. Y, en la maleta, apenas ocupa espacio. Si necesitas algo más pequeño, también existen.

No escatimes con ellas, porque no hay excusas de si ocupan mucho o poco espacio en la maleta, apenas suman volumen. Y, sin embargo, sus usos pueden ser tantos, que son grandes aliadas de tus viajes e, incluso, paseos. Te pueden servir para abrigar a tu bebé si ves que refresca, protegerle del sol en cualquier lugar (incluso, si va contigo en la mochila portabebés) o como cambiador si no lo tienes a mano, posando a tu bebé sobre ella. 

Lo único que te recomiendo es que hayan sido confeccionadas en materiales suaves y naturales, como estas en gasa de algodón de Koala Babycare. Son cuadradas con 30 centímetros de longitud y estampados de colores claros, perfectas para el verano.

La alfombra Space Mat de Miniland es una alfombra de juegos pensada para viajar. Y, créedme, es muy útil. Cuando fuí de viaje con mi bebé de ocho meses a recorrer parte de Bélgica, el suelo del apartamento estaba, además de sucio (de entrar y salir), bastante frío, con lo que proporcionarle un sitio en el suelo para jugar es algo fundamental. Ellos necesitan también su tiempo y espacio. Estar con él en la cama te limita a la hora de preparar el siguiente día de viaje. 

Hazte con una como ésta, unisex y muy blandita, bastante colorida para que les resulte curiosa y algunos elementos sensoriales incorporados. Además, me gusta que tiene asas con lazos, para poder meter en ella algunos de sus juguetes preferidos, que no se pierdan y que, cuando la despliegues, no tengas que andar buscándolos.

Utilice o no biberón tu bebé, las bolsas esterilizadoras han sido también grandes aliadas de nuestros viajes y la inversión es mínima. Sirve para chupetes y otros accesorios, por ejemplo. Y es una forma rápida y cómoda de mantener las cosas de tu bebé bien limpias, sobre todo, cuando llevas varios días de ruta y el agua en esa zona no es muy potable.

Las tienes de varias marcas, pero Dr. Brown's es una de mis favoritas. Eliminan el 99,9% de las bacterias y gérmenes y, cuando no sabes si estás limpiando o no sus cosas, en un lavabo de hotel, llenarlas con un poco de agua mineral y ponerlas en el microondas es algo que no te cuesta nada. Cada bolsa es reutilizable hasta veinte veces, con lo que con que lleves una o dos, tienes suficiente. Yo voy anotando con un bolígrafo las veces que las utilizo y así, las aprovecho al máximo.

Si tu bebé ya está en medio de la alimentación complementaria, asegurarte de que su comida esté lista a su hora habitual. Os ahorrará tener que buscar un restaurante que os deje calentar la comida (y que no se pasen con el microondas). Por eso, yo siempre que salgo de viaje o a cualquier plan, si vamos a estar fuera en horas en las que le toca comer, me llevo mi termo. 

Miniland tiene una colección que me gustan mucho y de los cuales he probado ya varios: los específicos para llevar el agua del biberón o los pensados para esas primeras comidas, en dos tamaños. Y nunca me han fallado.

El calor que pierden es prácticamente imperceptible. De hecho, yo calentaba el agua al principio y dejaba que se enfriase antes de cerrar el termo. Y luego, lo habría un rato antes. Lo mismo con los de la comida. 

Esto es porque tiene tres capas aislantes y una cámara de vacío, que consigue ese mantenimiento de temperatura. Son muy fáciles de limpiar y, en el caso de éste para comidas, cuentan con un botón de válvula. 

Además, te recomiendo que te hagas con sus fundas protectoras con asa, para que sea mucho más cómo su transporte.

En casa, nos gusta preparar toda la comida que disfrutamos. Pocas son las veces que nos decantamos por algo comprado en un supermercado y listo para comer. Y, si lo hacemos, es siempre con Smileat. Es una marca que nos gusta mucho y cuyos productos son saludables. 

Cuando viajas, o bien por la infraestructura (en un hotel es imposible hacer una papilla de frutas) o bien por el tiempo y organización del viaje, estos pouch de frutas te pueden salvar la vida. Por no necesitar, no necesitas llevar ni cuchara.

Son purés triturados de fruta que, fresquitos, les encantan, elaborados 100% con ingredientes naturales, sin nada de azúcar que, además, no han sido enriquecidos con vitaminas ni aromas. Uno de nuestros favoritos es el de yogur y frambuesa, pero hay decenas de sabores. Están listos para comer en cualquier sitio, evitas que picoteen lo que no quieres y a ellos les encantan.

Proteger la mirada de tus hijos es fundamental y da igual que sea invierno o verano, los rayos solares, como en la piel, inciden igual. Por tanto, unas gafas de sol deben ser el accesorio que meter en su neceser (así, no se te olvidan nunca). 

Estas de Suavinex están pensadas para los más pequeños (para que veas que, incluso ellos, deben contar con unas), de 12 a 24 meses. Están polarizadas, con filtro UV 400, protegiendo al 100% los ojos de tu bebé de los rayos UVA y UVB. Son muy flexibles y ligeras, con lo que ni le pensarán ni le resultarán incómodas. Me gustan mucho por su forma ovalada y por su colorido.

Los juguetes son parte fundamental del equipaje de un bebé o niño, pero si viajas en avión o tren, con más pasajeros, guarda los más ruidosos y quédate con aquellos que pueda jugar molestando lo menos posible.

Uno de los que a mi me ha funcionado siempre, porque además te permite jugar con él, son las torres apilables de silicona, como ésta de Moonkie.

Un total de siete piezas numeradas, por si pierdes alguna, con diferentes patrones que, además, promueven el desarrollo sensorial de los más pequeños. Están fabricadas en 100% silicona de grado alimenticio, sin olor y libres de BPA, PVC, ftalatos y otras sustancias químicas. De hecho, se pueden utilizar como mordedores

Yo, en realidad, las utilizo en casa y fuera de ella. Para mí, son un indispensable para las noches. Si tu bebé se despierta en medio de la noche y tienes que consolarle, puedes evitar tropiezos teniendo una a mano. Ten en cuenta que no conoces el lugar al que vas. Además, así también conseguirás no despertar a tu bebé encendiendo una con demasiada potencia.

Esta luz guía con forma de pollito de venta en Leroy Merlin tiene tres intensidades diferentes y algo que me gusta mucho, se activa pulsando levemente en su parte superior. Tiene una duración de recarga bastante buena.

Los niños pueden sentirse muy desubicados cuando les sacamos de su rutina y, sin duda, de su hogar. El que ellos conocen. Por eso, es muy importante llevar con vosotros ese peluche o muñeco que les hace sentir como en casa, les tranquiliza y consiguen que lleguen a conciliar el sueño. Y esta es la función de un doudou.

De nuevo, a mí me gustan los que están fabricados en materiales suaves y naturales, que respeten al máximo la piel del bebé, pues suelen pasárselo mucho por la cara. Tal es el caso de este de Mushie. Se puede utilizar desde el nacimiento, está fabricado en algodón 100% orgánico y su color es muy bonito. Además, aunque lo laves, no pierde su textura.