Cada verano, al igual que en Navidad, hay un juego o juguete que se vuelve viral. Es algo que pasa y ha pasado desde siempre. Y si tú no contabas con él, o bien te hacías amiguísimo de alguien para que te lo dejase a ratos o bien llorabas y llorabas hasta que conseguías que tus padres te honrasen con la entrada en el club selecto de quienes poseían uno. A mí, a veces, me funcionaba, a veces, no.
Si volviese a mi infancia este verano, el juego por el que me tocaría llorar sería este: la bola Perplexus. Pero viendo sus características, creo que mis padres decidirían que era una buena inversión de dinero para ellos y tiempo para mí. Es un juego que desafía la inteligencia, una especie de Tetris, que no cuenta ni con pantallas, ni requiere el uso de un código QR o te exige tener algún tipo de conexión a Internet.
Simplemente, requiere de toda tu concentración y buen pulso para conseguir que una pequeña bola haga todo el recorrido de la bola en la que se inserta, desde el punto de salida hasta la meta, sin que se caiga ni se salga del camino. Si crees que es fácil, te animo a comprarla y que lo intentes.
Bola Perplexus, el juego de este verano que promete engancharte
Un juego que estimula la inteligencia, la concentración y la paciencia de los niños, que engancha y llega a ser hasta divertido. Se ha convertido en uno de los juegos más vendidos en Amazon y es perfecto para huir de las pantallas.
Lo mejor
- Apenas ocupa espacio, con lo que se puede llevar en la maleta, en la mochila de la piscina e, incluso, en los viajes en coche.
- No requiere de instrucciones complejas ni de conectarse a Internet. No tiene pantallas.
- No es solo un juego individual, sino que pueden hacerse competiciones.
- Se trabaja la paciencia y se ayuda a los niños a gestionar la frustración o, al menos, aprender a hacerlo.
A mejorar
- Su laberinto está pensado para niños a partir de 8 años, con lo que los más pequeños no quedan excluidos, pero puedes resultarte complicado.
La bola Perplexus Rebel es un laberinto en 3D muy original y bastante complejo que te propone guiar una pequeña bola dentro de una esfera más grande, desde un punto de inicio a otro de salida.
El camino está numerado, pero tiene bastantes obstáculos que superar, como un iglú, un terrible túnel o unas escaleras de vértigo que pueden hacer que tu bolita caiga. Para superarlo, tienes que girar, mover en 360º la bola o voltearla una y otra vez para llegar a la línea de meta. De hecho, el camino no es lineal y, en ocasiones, tendrás que darle completamente la vuelta a bola, por lo que tu pulso también se verá comprometido.
Existen muchas bolas diferentes, con colores distintos y laberintos más o menos difíciles, que ponen a prueba tu habilidad. Por lo que hay más de un reto.