Los mosquitos son diminutos, pero pueden fastidiar nuestro descanso si se cuelan por la noche en nuestra habitación. Muchos de nosotros, cuando comienzan a subir las temperaturas, acabamos durmiendo con la ventana completamente abierta, buscando que entre cualquier amago de brisa. Algo que estos pequeños insectos aprovechan para darse un auténtico festín a nuestra costa.
Y la solución, por mucho que te rocíes en citronela antes de meterte en la cama, o enchufes algún aparato que trabaje por ahuyentarlos, pasa por colocar en tu ventana una mosquitera. Las hay de muchos tipos y materiales, pero te recomiendo que busques aquellas fabricadas en PVC (son más resistentes) y que no requieran una complicada instalación. De esta forma, ahorras tiempo y, sin duda, dinero.