Estos han sido todos mis básicos para sobrevivir al (sofocante) verano estando embarazada

Durante mi primer embarazo, no fui tan consciente del daño que podía hacer el sol en la piel. Sin embargo, con el segundo, desde que empezó el buen tiempo no me separé del protector solar. Y habiendo descubierto este de Bioderma, decidí que sería el que me acompañaría durante el verano.

Bioderma Photoderm Pediatrics Spray es, en realidad, una crema solar destinada a los más pequeños, pero si protege las pieles más sensibles, ¿por qué no la mía?

Me gusta porque utiliza filtros minerales (los más recomendables para los bebés) con una protección alta frente a los rayos UVA/UVB. Por la tecnología con la que ha sido desarrollado (Sun Barrier Technology), también refuerza la función barrera de la piel con aceite de semillas de albaricoque y lípidos biomiméticos, con lo que, a su vez, hidratas. Una protección, además, antioxidante.

Y si no me separé de mi protector solar, tampoco lo hice de mi sombrero de punto y ala ancha de Uniqlo. Por más que protegí mi cara, una mancha bastante importante acabó saliendo en ella y, a día de hoy, no he conseguido eliminarla. 

Por este motivo, te aconsejo cualquier tipo de gorro, gorra o sombrero que cubra toda tu cara, no solo si acudes a la playa o la piscina, sino también cuando sales a caminar. Algo que harás mucho cuando se acerque la fecha del parto.

Yo elegí este por dos motivos: es un sombrero confeccionado en punto muy transpirable y que no da nada de calor y, además, su ala tiene la medida perfecta para no estorbar pero cubrir tu rostro.

Además, esa ala es bastante resistente al paso del tiempo, no se deforma, sino que aguanta bien y se puede lavar a mano, siempre en agua fría.

Créeme si te digo que este ha sido uno de los regalos que más he apreciado estando embarazada. Cuando me puse a buscar qué crema podía evitar la aparición de estrías durante los nueve meses en los que mi piel iba a necesitar un extra de flexibilidad, no sabía cuál elegir. Eligieron por mí y acertaron. Tanto que he repetido varias veces.

Aunque no es un producto que te vaya a facilitar en sí sobrellevar el verano, lo necesitas. Es la crema antiestrías Rilastil Smagliature que, aplicándotela una vez al día, notarás como tu piel está más nutrida, elástica y no aparece ni una sola estría.

Gracias a su formulación con activos hidratantes, su objetivo es aportar un extra de elasticidad a tu piel, hidratándola en profundidad. Además de prevenir la aparición de estrías, también tiene el efecto regenerativo que necesitas si ha comenzado a salirte alguna.

Para su aplicación, te recomiendo que masajees bien la zona y te dediques unos minutos para extenderla bien, porque aunque no es nada pegajosa, es mejor que penetre.

Las náuseas durante el embarazo pueden llegar a anularte. En mi caso, no llegué nunca a tener un episodio agudo de hiperémesis gravídica (que produce hasta vómitos, teniendo que acudir, sí o sí, a un médico), pero sí tuve un par de meses que me dejaban fuera de combate a ratos, sobre todo, por la mañana y a primera hora de la noche.

Aparecen sin avisar y pueden llegar, por ejemplo, en el autobús de camino a la oficina. ¿Qué haces entonces? Llevar contigo los remedios que a ti te funcionan. En mi caso, siempre ha sido beber agua muy fría o comer una galleta. Por eso, iba siempre cargada con una botella en el bolso. Y con este pequeño invento.

Intersa Pack Nausefin de Esential'Arôms es un pequeño kit que cuenta con dos inhaladores que puedes llevar discretamente en el bolso. Se empapan de una mezcla de aceites esenciales a base de limón y jengibre, dos de los ingredientes que también dicen ayudan a calmar las náuseas. Al ser inhalado, no desaparecen, pero sí se atenúan.

En verano, durante el embarazo, vas a pasar calor seguro. Ten en cuenta que tu temperatura corporal se mantendrá hasta el final por encima de lo que estás acostumbrada. Al igual que con las náuseas, estamos ante una cuestión hormonal.

Por eso, además del abanico y de buscar siempre sitios con aire acondicionado, en mi bolso siempre llevaba un spray de agua termal como este de Avène.

Está repleta de minerales y oligoelementos, garantizando en tu piel un equilibrio mineral óptimo y respeto por su microbiota específica. Por eso, además de refrescar, proporciona un efecto calmante instantáneo si tu piel está algo más sensible o irritada por el sol, sin resecar.

Como ya te he comentado antes, mi remedio para el malestar durante el embarazo en verano era consumir bebidas muy frías o alimentos casi congelados. Por eso, fui una fan absoluta de los helados de hielo de junio a septiembre. Pero cuando me di cuenta de que no eran todo lo saludable que deberían, comencé a hacerlos yo misma.

Para eso, necesitas mucha fruta, leche o zumo, dependiendo de la cremosidad que busques, y unos moldes como estos de Lékué, que son fáciles de utilizar, se apilan en el congelador y no se derraman.

Su diseño de rellenado en horizontal lo hace mucho más estable, fácil y seguro, además de contar con una tapa que protegerá su interior de sabores y olores. Para desmoldarlos, apenas hace falta fuerza.

Yo he tenido la suerte de que, aunque he tenido dos embarazos en verano, los pies apenas se me hincharon. Aun así, la zona de los tobillos, por el peso, se resiente.

Una de mis fisioterapeutas de referencia me recomendó utilizar un gel frío para piernas cansadas por las noches, para aliviar la sensación de pesadez. Yo me lo aplicaba en los pies y tobillos.

El más vendido y con eficacia probada es el de Babaria, que contiene aloe vera, un activo ya de por sí calmante, y Achillea Millefolium, un ingrediente que se emplea en cosmética por sus propiedades descongestivas y cicatrizantes. Por eso, tras su aplicación, se nota una sensación inmediata de alivio. Aplícalo con un suave masaje.