En mi casa, se han hecho los bizcochos caseros desde siempre. Bizcochos, tartas y pasteles. Pocas veces se ha ido a una pastelería a comprar, como diría mi madre, "el dulce de diario". Una madre que ha tenido siempre una mano genuina para la repostería. Prueba cualquier receta sin miedo. Ahora bien, hay una a la que no ha dejado de tenerle respeto: el merengue.
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Y su merengue es mi crema chantilly. Cuando vivía en Francia recuerdo que era una cosa de suma importancia en una receta. No se compraba industrial nunca y no podías decir que se te daba bien la repostería si no dominabas la técnica de conseguir una que no se cayese al instante. Algunos de los futuros cocineros con los que compartí mi tiempo la conseguían hacer a mano, pero nunca fue mi caso. ¿Mi gran amiga? La amasadora de mano.
Por eso, por mi mano (y la de mi madre) han pasado ya muchas. Todas pesan y acaban por cargarte el brazo, te desafían hasta el final de la masa, pero hay dos cosas claras: cuanta mayor sea su potencia, más corto será el proceso, y, si cuenta con varias velocidades con las que controlar el amasado, podrás afinar mucho más en lo que necesitas para conseguir el resultado esperado.
Con ambas cosas cuenta esta amasadora que, además, es la más vendida en Amazon, con decenas de miles de buenas reseñas y comentarios que acabarán por convencerte. Te aseguro que para mí ya es un imprescindible.