No sé tú, pero una de las cosas que peor llevo es pasar frío. Es por eso que en invierno los jerséis de lana, los vestidos de punto gruesos y las botas se convierten en mis mejores aliados. Sin embargo, el pasado año me sumé al club de las camisetas térmicas.
Hasta entonces únicamente las había llevado en ocasiones concretas como viajes de esquí, escapadas a la montaña o viajes a cuidades muy frías, pero a día de hoy se han convertido en un básico más de mi armario de invierno.
Me encantan porque te aportan ese extra de abrigo que las mujeres frioleras como yo necesitamos, especialmente para planes en el exterior o para ir a la oficina. Y es que, es probable que, como me sucede a mi, las personas más calurosas de tu trabajo pidan bajar la calefacción o incluso abrir las ventanas para refrescar de vez en cuando, y con una camiseta térmica te ahorras tener que llevar infinidad de capas encima.
Las mías son de Tezenis, pero investigando para hacerme con un nuevo modelo he localizado esta camiseta térmica de Ysabel Mora que arrasa en Amazon como la más vendida y una de las mejor valoradas.