Organizar una reunión en casa puede ser algo muy divertido, pero también puede hacer que te quiebres la cabeza para conseguir agradar a tus invitados. Por eso, a mí me gusta, de vez en cuando, darles alternativas o sorprender con la propuesta gastronómica.
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Cuando me pongo a pensar en qué hacer, vuelvo a casa de mis padres, donde siempre se han comprado todo tipo de gadgets de cocina y todo el mundo es bienvenido en cualquier momento. La raclette era uno de esos socorridos accesorios para cuando se presentada una visita inesperada un viernes noche. Por eso, yo siempre la tengo en la cabeza para mis reuniones entre amigos.
Son aparatos ideados en Suiza pensados para cocinar de manera rápida y sencilla, manteniendo caliente su placa o placas principales para que vayas poco a poco sumando ingredientes, entre los que destaca, en origen, el queso. Cada uno pone lo que le apetece cocinar y, en pocos minutos, está perfectamente cocinado. Una propuesta estupenda para las noches de invierno.