¿Imaginas andar descalza por la calle cuando el suelo arde en verano o está helado en invierno? ¿Exponerte al riesgo de pisar cristales, colillas encendidas o piedras punzantes? Pues así caminan nuestros amigos peludos cada día.
Si bien los perros tienen las patas preparadas para caminar “descalzos” gracias a sus almohadillas, tenemos que prestarle bastante atención a esta parte de su cuerpo.
Y es que estas partes blanditas también actúan como amortiguadores, protegiendo los huesos y las articulaciones de las patas de los impactos. Además, les ayudan a aislar las patas del frío o el calor extremos y proporcionan tracción al tiempo que permiten al perro transpirar y, por tanto, regular su temperatura corporal.
Los expertos recomiendan seguir una serie de cuidados esenciales para proteger las almohadillas de los perros, sobre todo en épocas de temperaturas extremas, así como una rutina de higiene. Vamos a verlo.