¡Bienvenida primavera! Trucos y productos que te van a poner muy fácil el cambio de armario

El primer consejo que nos dan los expertos, en realidad, es buscar el momento idóneo para realizar el cambio de armario y, después, dedicarte a ello en cuerpo y alma. Dicen que con unas 4 horas aproximadamente tienes suficiente.

¿Tanto? Sí, porque hacer el cambio de armario requiere dos pasos iniciales: vaciarlo por completo y limpiarlo. 

Para lo primero, lo mejor es que dejes bien despejada la cama y la habitación, donde irás depositando tus prendas y accesorios. Para lo segundo, tendrás que empezar retirando el polvo acumulado. Más, si tienes un armario abierto.

Para ello, lo mejor es que eches mano de una aspiradora de mano como esta de Cecotec. Sin cables, lo que te da mucha libertad de movimientos y comodidad a la hora de meterte (literalmente) en el armario, y con una batería de litio de gran duración. 

Además, cuenta con un gran depósito de 500 ml de capacidad con vaciado fácil e higiénico (sin bolsas), lo que mantiene su potencia inicial de succión. Apto para todo tipo de superficies, independientemente del material con el que esté fabricado tu armario.

Una vez has retirado el polvo por completo, lo mejor es que, aprovechando que tienes el armario vacío, realices una buena limpieza. Aún a pesar de que tengas un armario con puertas, se ensucia.

Para ello, lo mejor es utilizar un paño húmedo con un poco de jabón neutro y que pases por todas las superficies del mismo -horizontales y verticales-. Después, repetimos el proceso con otro paño húmedo (esta vez sin jabón) para retirar los restos y, por último, con uno seco.

Este juego de toallas Barista tiene una alta succión, gracias a la mezcla de fibras con la que ha sido fabricada (20% en nailon y 80% en poliéster). Es superabsorbente y ultra suave, con lo que, además de limpiar, protege cualquier superficie sobre la que los utilices. Además, no deja pelusa.

Se secan rápidamente y pueden ser utilizados con cualquier tipo de productos y a cualquier temperatura.

Cuando saques tu ropa del armario haz tres divisiones: la ropa que te quedas y conservas también para esta temporada, la ropa que te quedas pero vas a guardar hasta el otoño que viene y de la que te deshaces.

Una buena idea para decidir qué retirar y qué guardar es utilizar el truco de la percha. Se trata de poner todas las perchas al revés al inicio de temporada e ir modificándolas según te pones las prendas. Al final, cuando te toque cambiar las prendas de nuevo, verás aquellas a las que no les has dado la vuelta y que no has utilizado: ésta es la ropa a descartar.

Para el resto, hazte con unas cuantas bolsas de almacenamiento al vacío como éstas de Amazon Bascis, pues son las más cómodas de guardar y las que menos espacio ocupan.

Son de plástico resistente, con cremallera de doble sellado y reduce el tamaño de la ropa hasta en un 80%. Aquí dentro, la ropa no coge humedad ni olores ni se mancha.

Para las prendas más voluminosas, como pueden ser los abrigos, lo mejor es que utilices bolsas específicas. Más que nada porque el peso puede estropear las que quedan debajo o, estas mismas, viciarse.

Por eso, yo siempre guardo mis abrigos, incluso en temporada, dentro de fundas transparentes que me permitan ver el interior, pero que evita que se estropeen. 

Estas, de Niviy, son transpirables y durdaderas, tienen un tamaño de 60 cm x 100 cm y vienen en un pack de 6 unidades. Además, previenen la aparición de olores o de que la humedad se cuele dentro. Algo muy fácil en prendas de abrigo, por los materiales con los que se confeccionan. Pueden lavarse y reutilizarse.

Para la ropa que has decidido guardar, más vale prevenir que curar, con lo que es recomendable utilizar antipolillas o productos antihumedad. No quieras llevarte una sorpresa cuando vuelvas a sacar tu ropa la próxima temporada.

A mí me horroriza el olor que suelen tener estos productos, por lo que intento buscar aquellos lo más naturales posibles.

En este caso, contamos con estos aros de madera de cedro natural de LAVODIA que, aunque han sido creados para las perchas (si te fijas, tiene un agujero en el centro), pueden ser usados en las bolsas para la ropa. 

Ayudan a evitar los ataques de las polillas y previenen todo tipo de plagas de bichos no deseados en su interior, protegiendo tu ropa de forma efectiva. Además, su olor es estupendo: utiliza el aceite esencial de cedro, un antipolillas natural.

Ten en cuenta que las cajas con ropa a guardar irán, seguramente, o al trastero o alguna zona de la casa oscura y que apenas utilizas.

Si cuidas la ropa que vas a guardar, previniendo la aparición de malos olores o ese aroma que todos identificamos como 'huele a cerrado', lo mismo debemos hacer con la ropa que dejamos en el armario.

Por ello, después de una buena limpieza hay que buscar la forma de darle cierto aroma que, además, te ayudará a personalizar tu armario. 

A mí, para la ropa, me gustan los aromas nada empalagosos y suaves, por lo que suelo recurrir a los más infantiles. Estos sobres de Don Algodon Ambients están elaborados con extractos naturales y sin alcohol, con una salida fresca y cítrica, destacando las notas de limón y naranja.

El aroma dura intacto 45 días, después, se va suavizando.

Una vez tengas seleccionada la ropa con la que te quedas, lo mejor es que la organices o apiles por categorías. Por ejemplo, vestidos largos por un lado, vestidos cortos y vestidos para la playa. La idea es que todas las prendas de la misma categoría estén juntas. De esta forma, sabrás a dónde dirigirte y ahorrarás tiempo.

Una vez lo tengas, debes comenzar a perchar o doblar. Reconozco que soy fan de las perchas de madera, natural o lacada, pero este tipo de perchas de Amazon Basics son mucho mejor para un armario de tamaño reducido. 

Tienen una estructura resistente de metal recubierta de terciopelo antideslizante, que consigue dos cosas: que la ropa no se mueva o escurra y que no se dañe. Además, su perfil delgado nos deja aprovechar al máximo el espacio.

Tienes el mismo modelo en diferentes colores, lo que te ayudará a organizar mucho mejor tu armario. Las azules pueden ser para esos vestidos, pero las hay en gris o en rosa. Si no quieres clasificar la ropa por colores, adjudicarle un color a cada tipo de prenda puede ser otra forma eficaz de organizarte.

Una vez ya tenemos la ropa organizada, debemos ver cómo se ajustan los espacios a la ropa en cuestión. Por eso, lo mejor es tener un armario en el que puedas regular las baldas y barras.

Si no es tu caso, puedes hacerte con cestas apilables como estas de Amazon Basics, cuya estructura de rejilla te permitirá ver su contenido mucho mejor. Y su tamaño reducido permite colocar pequeñas prendas en los laterales de cada uno de los espacios. Por ejemplo, fulares o cinturones.

Están fabricados en acero y metal, con una abertura frontal para que te sea más fácil sacar las prendas elegidas.

Según la gurú del orden, Marie Kondo, lo mejor para aprovechar el espacio en un armario, en cuanto a cajones o baldas se refiere, es colocar la ropa en vertical. Un truco estupendo para prendas como la ropa interior o los calcetines.

Ahora bien, si no tienes cajones de una altura justa y un número suficiente de ellos, tendrás que hacerte con unos cuantos organizadores de armario como estos de Amazon Basics.

En dos tamaños, dos grandes y dos medianos, todos vienen con divisores internos para que puedas tener diferentes compartimentos en los que clasificar tus prendas. Te ayudarán a verlas más rápido y mantenerlas ordenadas.

Están confeccionados en tela sin costuras resistente al moho y son semirígidos, de tal forma que no se deformen cuando introduzcas la ropa o los quieras mover de una balda a otra.

Ahora que vas hacer el cambio de armario, puedes aprovechar para echar un vistazo a la zona que tienes dedicada a los zapatos, ¿están organizados?

Si no es así, es el momento ideal para ponerte manos a la obra. Mi recomendación es que, si tienes espacio, utilices cajas transparentes de plástico para ellos, como éstas de IKEA. 

Tienen unas dimensiones de 36 cm x 29 cm x 21 cm, con lo que te pueden caber hasta un par de sandalias si son finas, visualizando siempre su contenido y permitiéndote apilarlas una encima de otra. Por eso, lo mejor para los zapatos es un armario de baldas.

Antes de guardarlos, asegúrate de que las suelas de todos los zapatos y zapatillas están limpios, para evitar arañar las cajas.

Ahora bien, si las cajas no te caben, podemos utilizar fundas de plástico que cumplirán casi la misma función, aunque habrá que tener cuidado con el peso.

El mejor consejo para organizar los accesorios es agruparlos por estacionalidad, es decir, guardarlos en cajas identificadas con etiquetas en las que pongas lo que utilizas en invierno, por un lado, y en verano, por otro. 

Para accesorios pequeños, como pueden ser corbatas, cinturones, pañuelos o joyas, nos gustan las cajas organizadoras de mDesign. Son de plástico transparente, para ver siempre el contenido, con doce compartimentos y apilables unas encima de otras.

Están fabricadas en plástico duradero sin BPA y, aunque no son aptas para lavavajillas, puedes limpiarlas fácilmente con agua y jabón. Tienen un tamaño de 35,6 cm x 30,5 cm x 10,2 cm.

Antes de guardarlos, asegúrate de que están limpios y sin desperfectos.

Por último, para mantener cierta estética y organización, lo mejor es ordenar cajones y baldas utilizando separadores. El caos al que puede llegar tu armario si una torre de ropa se ladea es tremendo.

Este juego de 12 separadores de Mebbay te permite mantener ese orden de dos maneras: bien separando el espacio de las baldas, o dándoles la vuelta y colgando en ellos diferentes prendas sin que ocupen demasiado espacio.

Están fabricados en plástico, fuerte pero flexible, con una instalación que no requiere ningún tipo de herramienta. Cada divisor tiene una medida de 25,4 cm x 26,9 cm y se adapta a estantes de un grosor aproximado de 1,9 cm