En tiempos de incertidumbre en los que el estrés y la ansiedad te acompañan día tras día, reservarte ciertos momentos de mimos al día resulta crucial. Algo así como un pequeño ritual de relajación con el que desconectar y sentirte mejor contigo misma que puede llegar en forma de sesiones de ejercicio, meditación o un ritual de belleza con el que además cuidarte y verte guapísima. Y, ¿qué hay más relajante que un buen baño o ducha calentita? Añadir a la ecuación una esponja de ducha. Con ella, aplicarte el gel no solo será mucho más agradable y placentero, sino que además favorecerás la exfoliación de la piel, limpiándola, purificándola y dejándola mucho más suave.
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Los tipos de esponja más utilizados
La esponja marina natural mejor valorada
Una alternativa de calidad para añadir un masaje a tu ducha diaria, con el que además limpiar, exfoliar ligeramente la piel y favorecer la circulación. Además, viene decorada con un cordel y un colgante de cristal hecho a mano, para que puedas colgarla donde desees y dejarla secar.
La esponja marina más asequible
Con más de 2.700 valoraciones, ha conseguido una puntuación total de 4 estrellas sobre 5. Eso sí, en los comentarios muchos usuarios hacen referencia a lo pequeño de su tamaño, por lo que te recomendamos optar por el modelo más grande.
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Conjunto de esponjas exfoliantes
Aunque los colores son aleatorios, todas ellas presentan una superficie con pequeños agujeros que le ayudarán a masajear y exfoliar tu piel mucho más efectivamente. Además, retienen muy bien el agua y generan una gran cantidad de espuma, por lo que son ideales para aplicarte el jabón.
Guante exfoliante, la alternativa orgánica
Un cepillo exfoliante, el secreto de Gwyneth Paltrow
Su funcionamiento es muy sencillo: bajo el agua, las cerdas naturales limpiarán tu piel muy suavemente eliminando la suciedad; tras la ducha, da la vuelta al cepillo para masajear tu cuerpo con las cerdas de nylon, algo más rígidas. Además, su mango de madera de 40 centímetros te permitirá alcanzar todas las zonas de tu cuerpo cómodamente, el agarre antideslizante eviatará que se caiga y la cuerda es perfecta para colgarlo en cualquier parte. Las más de 2.400 valoraciones, sus 4,6 estrellas y el hecho de tratarse de uno de los más vendidos de Amazon no hacen sino confirmar sus resultados.
<span style="background-color:initial">La opción universal: esponja vegetal de doble cara</span>
¿Por qué deberías usar una esponja?
Aunque se trata más bien de una elección personal, utilizar una esponja puede convertir el proceso de la ducha en una experiencia mucho más agradable debido al masaje que realizas sobre la piel. Sin embargo, y aunque es verdad que puede favorecer la exfoliación y combatir la celulitis, los expertos recomiendan escoger modelos muy suaves y no ejercer demasiada presión, para evitar así roces, irritaciones o daños en la dermis.
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¿Qué tipos de esponja existen?
- Esponjas marinas: son la opción más recomendada por tratarse de un producto natural y apto incluso para las pieles más sensibles. De hecho, son las que se recomiendan para bañar a bebés y niños pequeños. Su textura es rugosa pero, en contacto con el agua, se suavizan muchísimo. Además, tienen la capacidad de activar la circulación.
- Esponjas sintéticas: más económicas, existe una amplia variedad para escoger en lo que a texturas, formas y colores se refiere. Uno de sus puntos a favor es que absorben muy bien el jabón, por lo que te ahorran tiempo en la ducha.
- Esponjas de malla: generalmente en forma de pompón y con una cuerda para colgarlas, este tipo de esponjas están fabricadas en un tejido sintético pero muy suave. Los expertos recomiendan aplicarlas con una loción o crema.
- Luffas: son, con toda probabilidad, las menos conocidas, pero una opción muy adecuada si buscas una esponja hipoalergénica. De origen vegetal, su éxito reside en su capacidad de combatir la celulitis. Puedes encontrarla en forma de esponja o guante.
- Cepillo exfoliante: aunque no es una esponja en sí mismo, los cepillos exfoliantes son otra de las opciones cada vez más extendidas para masajear tu piel, exfoliarla y combatir la celulitis. Una opción que podrás usar antes, durante o después de la ducha.
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¿Cuál es la mejor según el tipo de piel?
Las pieles más resistentes podrán escoger entre cualquiera de los tipos anteriores. Sin embargo, en lo que a calidad se refiere y especialmente si tu piel es muy sensible, lo más recomendable es que te decantes por un modelo natural, ya sean las esponjas marinas o las Luffas.
¿Con cuánta frecuencia deberías cambiarla?
Los expertos recomiendan cambiar la esponja frecuentemente para evitar que se acumulen bacterias, ya que la ducha es una zona muy húmeda. Aunque dependerá del uso que le des, lo más adecuado es cambiarla cada 2 o 3 semanas en el caso de las naturales y cada dos meses si te decantas por un modelo sintético. Si quieres alargar su uso, en lugar de guardarlas en la ducha déjalas secando, por ejemplo, junto a una ventana donde exista una corriente de aire. También puedes realizar una limpieza semanal.
¿Cómo lavar tu esponja para evitar la acumulación de bacterias?
Las esponjas naturales pueden desinfectarse una vez a la semana sumergiéndolas en una solución con lejía durante 5 minutos. De esta forma, acabarás con las bacterias que se hayan podido ir acumulando.