Muchas veces nos acordamos de los guisos de nuestras madres y abuelas, sobre todo de estas últimas. Esos guisos que se hacían despacito, con suerte en una cocina de leña, mientras toda la familia compartía conversación alrededor de una mesa, y que cuando los probabas te dejaban los ojos en blanco de lo ricos que estaban.
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Por más que hayas intentado preparar esos guisos por ti mismo, el resultado, me temo, que no se acercará a lo que conseguían nuestras abuelas con esos platos de cuchara. En la cocina, los utensilios que utilizamos son muy importantes y ellas sabían que esas ollas que a nosotros nos parecían un horror, sobre todo por su peso, eran una de las claves para conseguir unos resultados extraordinarios. Otra clave era la paciencia, eso que tanto nos falta en nuestro día a día, pero eso es…harina de otro costal…
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Esas ollas o cocottes -como se conocen en francés-, seguramente estaban fabricadas en hierro fundido, un material resistente a las altas temperaturas que distribuye el calor de forma uniforme y que gracias a esto permiten mantener una temperatura constante dentro de la olla y así todas las propiedades de los alimentos se quedan en su interior realizando una cocción, aunque lenta, pero muy saludable. Te aseguramos que los platos que prepares con estas ollas quedan absolutamente deliciosos, pero eso sí, además de paciencia debes tener en cuenta una serie de aspectos para sacarles todo el partido a estas maravillosas cazuelas.
- Son para toda la vida: Estas ollas duran para siempre, si se cuidan bien, claro. Pueden ser una herencia preciosa para tus hijos, nietos y los hijos de estos. Por eso, aunque de primeras son una gran inversión merecerán la pena seguro.
- Aptas para todo tipo de cocinas: Por cómo están fabricadas se pueden utilizar sobre cualquier tipo de fuente de calor: ya sea gas, eléctrica, vitrocerámica, inducción o incluso en el horno y directamente sobre fuego. Pero no sólo eso, puedes guardarlas en la nevera y conservar lo que has cocinado en ella misma.
- Mejor distribución del calor = mejores resultados: El hierro retiene muy bien el calor, así que necesitaremos menos energía para cocinar y los alimentos se cocinarán mejor y por lo tanto saldrán más ricos
- Está claro que estas ollas tienen sus ventajas, pero también son ollas que tienen un peso considerable, así que además te ayudarán a mantener la forma ;-)
Las ollas de hierro fundido son perfectas para cocinar a fuego lento, realzar sabores, conseguir carnes más sabrosas y unos guisos fantásticos. ¿Aún no estás convencido? Hazte con una, prepara un guiso de ternera en 'cocotte' o una crema de zanahoria y nos cuentas.