Estos productos han sido seleccionados en base a los análisis y pruebas de nuestros expertos. Cuando compras a través de nuestros enlaces, ¡HOLA! puede recibir una comisión.
Esto es todo lo que necesitas para disfrutar de la hora del vermut
Porque, al menos, has de dedicarle una hora a la semana, preferiblemente entre sábado y domingo. Créenos, la vida se ve de otra forma
Si hay una práctica muy nuestra y que no deberíamos perder nunca, esa es la de ir a tomar el aperitivo. Con tu familia, amigos o con tu pareja. En este caso, cualquier compañía es buena. Y puedes acercarte a tu barra favorita o prepararlo en casa. Sea con quien sea y sea donde sea, la hora del vermut, un fin de semana, debería ser sagrada. Por eso, celebra el verano, el sábado y el domingo con una pequeña comida en tu terraza o jardín, en tu salón o en un rincón improvisado de la cocina. Pero celébralo.
Además, no tienes por qué pensar en complicadas elaboraciones. Si de algo se caracteriza el aperitivo es que puedes aligerar tus recetas con propuestas sencillas, nada de grandes cantidades y complicaciones. Ponte la alarma antes de comer, prepara un picoteo informal, descorcha tu botella de vermut y llena la mesa de pinchos, tapas, banderillas y los imprescindibles que te desvelamos a continuación. Son las herramientas básicas para este pequeño almuerzo que marcará la casilla de salida para que tú ya elijas con qué más completarlo.
En esta vida, todo o casi todo empieza con un buen aprendizaje. Por eso, un libro es el punto por el que empezar. Sobre todo, si lo quieres hacer con estilo y elegancia, que es de lo que se trata. Con esta guía podrás ver los aspectos esenciales del vermut en sí, con todas las variedades que tiene, sus ingredientes botánicos, cómo servirlo y beberlo y hasta cien recetas que mezclan lo más clásico con lo más moderno para convertirte, en definitiva, en todo un experto. Además, si lo abres, su edición es preciosa. Pero lo que más nos gusta es que gran parte de sus propuestas se adaptan a los ingredientes de temporada y, para nosotros, eso es fundamental. Lo firman el enólogo Gilles Lapalus y el barman Shaun Byrne.
De color caoba, con un aroma dulce de fruta madura y notas cítricas y herbáceas. Así debe ser un buen vermut rojo, el más clásico de todos. Pero éste de Lustau, además, tiene un delicioso fondo de madera ahumada y una entrada tan aterciopelada que no vas a querer probar otro. Sírvelo con apenas un hielo y una aceituna. Aunque si eres de los que necesita aplacar un poco su amargor final, añádele un poco de tónica, pero no demasiada. Ten en cuenta que se trata de una bebida que no deja de tener su buena base de vino y se puede combinar de mil maneras diferentes.
La hora del vermut siempre viene acompañada de sus aperitivos. Además, de varios. Algunos de ellos te los vamos a proponer en este artículo, porque son casi como un mantra. Por eso, ten preparados unos cuantos cuencos para servirlos. Y que sean de diseño, como éstos en forma de hojas, ideales para decorar tu mesa con aceitunas, frutos secos o un hummus. Son aptos para el lavavajillas y se adaptan a cualquier tipo de reunión que organices, desde con amigos y familia hasta un aperitivo con los más pequeños de la casa. Nosotros te proponemos que juegues con ellos creando diferentes disposiciones.
Si hay un alimento que asociamos directamente con la palabra vermut son las aceitunas. Puedes poner unas de tipo Manzanilla, las verdes de siempre, o dar un paso más y servir unas Kalamata en aceite de oliva, como las que incluye este frasco preparado para servir tal cual. Esta variedad, originaria del país heleno, tiene todo el sabor del Mediterráneo y recibe su nombre por la localidad en la que se cultivan, Kalamata, al sur del Peloponeso. En Grecia las verás formando parte de muchas de sus ensaladas, pero también servidas solas como un aperitivo, al igual que hacemos aquí.
No está de más que si organizas un aperitivo en casa y pones algunos aperitivos, des la opción de servirse con unos cubiertos. Si son tenedores, mejor. Pero como no necesitas un gran tamaño, mejor que sean pequeños. Éstos de colores están fabricados en acero inoxidable, se pueden lavar en el lavavajillas y tienen un brillo bastante divertido que pondrá el punto diferenciador a tu mesa. Si lo prefieres, puedes escoger unas cucharitas, pero todo dependerá de los platos en los que hayas pensado.
Una de las cosas que más puede molestarte, como nos pasa a nosotros, es cuando te sirven unas aceitunas con hueso o unos pistachos con cáscara y no sabes dónde poner el hueso o la cáscara: ¿en la mesa? ¿en la servilleta? Da un paso más allá en atención y elegancia teniendo en cuenta hasta estos detalles. Para ello, sirve todos los aperitivos en los que tengas algún deshecho en un cuenco como éste con forma de nido de pájaro, con un espacio en el que se almacenan y no quedan a la vista de nadie. Está fabricado en cerámica y se puede lavar con agua y jabón sin problema.
Las patatas son un clásico de la hora del vermut. Ya pueden ser más o menos saludables, pero de caprichos también podemos vivir un rato ¿o no? Y ya que vamos a pecar, porque no podremos tomar solo una, vamos a hacerlo bien. Con unas artesanas de origen inglés y sal marina, una de las propuestas más clásicas de la casa Tyrell’s que lleva trabajando y cultivando patatas en sus fértiles terrenos -Tyrrell’s Court Farm- desde hace ya tres generaciones, utilizando exclusivamente la variedad de Lady Rosetta y Lady Claire. Con un nombre tan señorial, malas no pueden estar. Las hay de muchos sabores, pero nada mejor que unas normales, sin más ingredientes que la sal.
Tipos de copas y vasos hay muchos, todos casi siempre válidos para servir cualquier bebida. Aunque, sí es cierto que cada uno de ellos ha sido diseñado pensando en el tipo de trago que albergará. Porque ¿lo de beber vino en una taza es para cuando te vas de Erasmus no? Por eso, te confesamos que para el vermut el mejor vaso es el que deja el espacio exacto para incluir un cubito de hielo no muy grande y una aceituna. No suele ser una copa ni tampoco de un diámetro demasiado generoso (para evitar que el hielo se deshaga o moleste), sino más bien, como el que te sirven cuando pides una caña. El mejor ejemplo es éste que te proponemos, que además tiene un color veraniego perfecto.
Otro de los aperitivos que están listos en un abrir y cerrar de ojos es servir un buen surtido de frutos secos. A poder ser en un cuenco con compartimentos para que no se mezclen. Puedes servir unos cacahuetes, pistachos y unas nueces que, además, entrarán perfectamente si pones un poco de queso. Éstas son realmente deliciosas, no tienen sal añadida y su sabor es muy suave y natural.
Y si nos ponemos elegantes y puntillosos en elevar esto del aperitivo a un auténtico evento cultural, los detalles deben quedar perfectos, incluidos los palillos. Sí, a priori algo que descartaríamos, pero que en este dispensador con tapa transparente y un original diseño, quedan perfectos en el centro de la mesa. Ha sido fabricado en plástico muy resistente y es apto para su limpieza en el lavavajillas. Pon un par de ellos, para facilitar a tus invitados el hacerse con aperitivos pequeños sin mancharse demasiado los dedos.
Los precios indicados así como la disponibilidad de los productos están actualizados a la fecha de la última actualización de este artículo.