La cocina es cosa seria. Al menos, para nuestros redactores de ¡HOLA! Cocina. Y, aunque ya con cierta experiencia entre los fogones de su casa (no, no, ninguno es un chef de estrella Michelín, pero sí que les gusta encerrarse y crear sus propias recetas), siguen pensando en los básicos y les hemos abordado para que nos cuenten cuáles son eso utensilios sin los que ya no pueden vivir o aquellos que están primero en su lista de la compra. Y hay para todo.
Desde un medidor de pasta hasta una divertida croquetera (sí, es algo que existe), pasando por unas tijeras para zurdos y otra para abrir, como por arte de magia, esos delicados huevos de codorniz que, con solo mirarnos, se rompen. Si quieres convertirte en un artista de la cocina, quizás necesites mucho más, pero aquí encontrarás varias pistas. Al final, tanto para el equipo como para todos, la premisa es: facilidad de uso y de limpieza, además de buscar el ahorro de ese ingrediente que llamamos tiempo.
Una croquetera
© La CroqueteraA mi lo que me gusta es pasármelo bien en la cocina, como en redacción, por eso soy muy fan de los cachivaches divertidos. Además, me encantan las croquetas, pero no me atrevo a darles forma nunca. Por eso, creo que este accesorio es perfecto. Y no solo para croquetas, ¡también para hacer albóndigas! Ahora que estoy convirtiéndome en una gastroinsider, empezaré a llenar mi cocina con estas cosas.
Alicia Iglesias
Un medidor de pasta
© AMOYERLo que sí tengo y recomiendo es un medidor de pasta como este. Pensaréis que es una tontería que apenas llega a los 5 €, pero creedme, cuando hagáis espaguetis para toda la Comunidad, una vez tras otra, sin acertar, me lo agradeceréis. Está hecho, como dicen de los carteles de metro, “para tontos”. Tú le pones el número de personas y listo. Verás cuando encuentre uno que haga lo mismo con el arroz.
Alicia Iglesias
Un sacacorchos eléctrico
© Vin BouquetComo amante del vino que soy, nunca falta en casa un buen sacacorchos. Con práctica, y unas cuantas botellas abiertas (y bebidas), puedes aprender a manejar el clásico de dos pasos, el de toda la vida. Pero cuando descubras los eléctricos, créeme, ya no querrás usar otra cosa. Son también dos pasos -quitando el de cortar la cápsula, para el que viene un dispositivo adicional con el producto-, ningún esfuerzo adicional y, además, tiene una luz indicadora de uso. La inversión merece la pena. Yo ya lo he regalado varias veces.
Un pelador de silicona
© KyoceraParece muy básico y, quizás, de poca importancia, pero un buen pelador es imprescindible en mi cocina. Empecé usando el clásico de acero inoxidable y desde hace unos años, lo he cambiado por uno de cerámica con mango de silicona. Es comodísimo de utilizar, pela ‘que las pela’ y ya no concibo manipular patatas o zanahorias sin uno.
Un estuche de vapor
© LékuéCuando me lo regalaron hace un par de años pensé que solo sería un trasto más cogiendo polvo en el fondo de algún armario… ¡No podía estar más equivocada! De hecho, creo que este estuche de silicona es uno de los gadgets de cocina que más he usado en los últimos tiempos. Especialmente a la hora cenar, cuando quieres preparar algo sano, rico y que no te lleve mucho tiempo. Un poco de pescado, por ejemplo, unas verduras, una pizca de sal y pimienta, un chorrito de aceite de oliva, unos pocos minutos en el micro… ¡y listo!
Una tijera para zurdos
© KaiSolo los zurdos sabemos lo complicado que puede resultar a veces realizar tareas culinarias en apariencia tan simples como cortar o pelar un alimento, abrir una lata de conservas, descorchar una botella de vino, utilizar un cazo con la boquilla en el lugar menos conveniente… Por supuesto que nos apañamos (adaptarse o morir, maldito Darwin). Pero de pronto un día te haces, por ejemplo, con unas tijeras especialmente diseñadas para zurdos y piensas ‘ok, resulta que, quizá, no era tan inútil como pensaba’.
Y otra aún más específica
© FackelmannYo es que soy muy sibarita en esto de la cocina y me gusta cuidar el detalle al máximo. Desde que descubrí estas tijeras para abrir huevos de codorniz de una manera rápida y sencilla (¡y sin romper la yema!), no hago más que recomendarlo. Tan solo tienes que poner la parte más fina del huevo en el hueco de la tijera, cerrar y listo. Pura magia.
Una batidora de vaso
© Russell HobbsA mí, desde que me independicé, lo primero que eché de menos fue la batidora de vaso que tiene mi madre. Mucho más potente que la mía, porque ella es una artista de la cocina que necesita muchos más watios que yo (y más capacidad, que, los fines de semana, llego con táperes), creo que es indispensable para crear cremas en invierno, el bendito gazpacho del verano y cualquier salsa. Además, lo que hice fue hacerme con una en formato individual, fácil y rápida de usar para, aún con legañas, hacerme mis smoothies de por la mañana.
