Nuestros expertos eligen los tés e infusiones más apetecibles del invierno

The Strand es una de las calles más conocidas de la capital británica, con más de un kilómetro de longitud que discurre entre Trafalgar Square y Temple Bar, punto limítrofe de dos de sus zonas más emblemáticas: Westminster y The City. Por tanto, no es de extrañar que Twinings le dedicase uno de sus exquisitos tés negros con sabor a bergamota, para disfrutarlo cuando el sol se esconde y, desde aquí, puedes ver los colores que crea a orillas del Támesis.

¿Y su maridaje? Un par de gotas de limón y unas delicadas pastas.

Para aquellos a los que les guste disfrutar de una buena taza de té, pero deben prescindir de la teína, también existen opciones caffeine free (o desteinadas) que conservan todo su sabor. Este es el caso de esta aromática infusión, que la casa viene a calificar de tisana, con hojas que llegan desde Oregon (Estados Unidos) y que ellos llevan trabajando desde 1983.

¿Y su maridaje? Una onza de chocolate, para disfrutar de todo el sabor de la menta.

Esté té matcha procedente de Japón es 100% orgánico y su producción es toda una fantasía: se cultiva en Uji, una región de altas montañas de Kyoto, libre de pesticidas y bajo la atenta mirada de mariposas y mariquitas, que son las encargadas de mantener un ecosistema perfecto para que las hojas crezcan sanas. Merece la pena aprender toda la ceremonia nipona para servirlo y disfrutarlo.

¿Y su maridaje? En taza pequeña, si quieres, con apenas dos gotas de cualquier bebida vegetal.

Fortnum & Mason, además de otros productos exquisitos, lleva mucho tiempo elaborando tés de primera calidad con una legión enorme de seguidores. Uno de sus blends más famosos es el que esta casa británica creó para los desayunos del rey Eduardo VII: Royal Blend. Es un té fuerte, pero dulce al mismo tiempo, gracias a un pequeño toque de miel.

¿Y su maridaje? Unos scones o tostadas con mantequilla y mermelada.

Este té negro proviene de la región de Darjeeling (de ahí su nombre) en Bengala Occidental, en la India. Muy apreciado por los británicos, tiene un aroma muy floral, pero suave que suele enamorar a todo aquel que se habitúa a su sabor. Elaborado en su famosa plantación a casi dos mil metros de altitud, rodeada de naranjos, sus hojas acaban por darnos un sutil toque a moscatel que lo hacen perfecto para cualquier tarde.

¿Y su maridaje? Con una receta a base de frutos secos.

El té de Ceilán es uno de los tés negros de la más alta calidad, producido en la isla de Sri Lanka, ubicada en el Océano Índico, al sudeste de la India. Con una producción mundial estimada de más de 300 millones de kilos, aquí se cultivan las hojas de este delicado té de Ceylon que se presenta en pequeños sacos y con un contenido de cafeína ligeramente superior a los que se elaboran en China.

¿Y su maridaje? Con un twist de limón o un poco de leche (muy poco).

Un tributo particular de Sans & Sans al mítico Freddy Mercury, poniéndole el título de una de sus canciones más famosas a este té verde con flores de osmantus, té negro ahumado, aroma a rosa, loto y membrillo. Una creación que se inspira en los perfumes, como todos los que forman parte de la colección que esta casa catalana presenta en unas alargadas latas blancas, muy diferentes a las que usualmente puedes encontrar en su tienda de la ciudad condal.

¿Y su maridaje? Con un pedazo de tarta.

Y, por último, un té para aquellos que busquen cierto efecto detox. Con varios packaging diferentes (nosotros nos quedamos con sus latas), este té vede tiene mucho aroma a pomelo, lleva menta, guaraná y apenas una pequeña cantidad de rooibos de vainilla, para darle cierto toque dulce a tanto cítrico. Perfecto para media mañana.

¿Y su maridaje? Con tu snack en la oficina.