Hazte con una 'slow cooker' y empieza a cocinar sano en tiempo récord

Podemos decir que Crock-Pot fue la olla de cocción lenta original. Lanzada en Estados Unidos en plenos años 70, este pequeño electrodoméstico ha conseguido crear toda una legión de seguidores, tanto allí como a este lado del Atlántico. La oferta en el mercado de la marca es inmensa y, entre ellas, la que más nos gusta para estrenarse es esta. Con una capacidad de 3,5 litros (unas tres o cuatro raciones), es perfecta para parejas o pequeñas familias y platos asados, estofados o deliciosas cremas.

Lo que más nos gusta: su diseño en rojo y su tamaño, perfecto para empezar.

Si ya te has estrenado en esto de la cocción lenta, quizás quieras dar un paso más y utilizar tu Crock-Pot para dar grandes comidas o agasajar a tus invitados con deliciosos platos hechos como antaño. Por eso, esta con capacidad para seis comensales y una función Auto Keep Warm, te permitirá programar tu receta y que se mantenga caliente de forma automática hasta el momento de servirse, sin que se queme, como recién hecha.

Lo que más nos gusta: su olla de cerámica es tan bonita y con cierta estética vintage, que podrás llevarla directamente a la mesa.

Otra de las marcas que se han sumado a esto de la cocción lenta es Russell Hobbs que, gracias a la forma y sellado de su cazuela, podrás utilizarla además de sobre un fogón eléctrico, sobre uno de gas. Fabricada en acero inoxidable, con pies antideslizantes, tiene capacidad hasta para cuatro raciones, perfecta para familias pequeñas.

Lo que más nos gusta: que tiene hasta tres configuraciones de temperatura.

Esta olla de cocción lenta tiene una gran capacidad y es totalmente desmontable, facilitando su limpieza y, además, que puedas llevar el plato directamente a la mesa. Además, tiene tres ajustes de temperatura: alta potencia, bajo consumo o la función para mantener caliente todos tus platos, lo que es perfecto para dejarla trabajando toda la noche.

Lo que más nos gusta: su enorme capacidad, hasta ocho raciones de una vez.

Por su diseño, esta olla de cocción lenta es la que nos trae el estilo más clásico de todos. Su recipiente extraíble de cerámica tiene una capacidad de 6,5 litros y dos temperaturas diferentes, simplificando al máximo su uso. Y por su tamaño, es la mejor para cocinar pescados o carne sin tener que partir la pieza.

Lo que más nos gusta: es muy fácil de usar gracias a su panel de control, en el que los tiempos de cocción van desde los 30 minutos hasta las 12 horas y se configura presionando un solo botón.

Con un temporizador digital y tres configuraciones diferentes de temperatura, esta última olla de cocción lenta tiene una capacidad de 6,5 litros, lo que nos da unas siete raciones y una versatilidad inmensa. Además, una vez que el plato haya terminado de cocinarse, independientemente de la temperatura, se mantendrá caliente hasta cuatro horas de forma automática.

Lo que más nos gusta: todos sus accesorios son desmontables y aptos para el lavavajillas.

Más o menos de igual tamaño que la anterior, pero con posibilidad de configuración digital, esta olla de cocción lenta con forma ovalada y junta de silicona, nos asegura un sellado y cocinado perfecto. Tiene tres niveles de temperatura (bajo, medio y alto), para que, dependiendo del tiempo que dispongas, puedas hacer uso de uno u otro sin que apenas notes la diferencia. Además, tiene una función warm para mantener el calor.

Lo que más nos gusta: su pantalla LCD totalmente intuitiva.