Llegan las rebajas y, con ellas, las ganas de renovar nuestro vestuario o adquirir aquel producto que nos llamó tanto la atención en navidades. Cientos de personas nos echamos a la calle para encontrar las mejores ofertas. Y hasta pueden verse escenas de pánico cuando los grandes centros comerciales abren sus puertas. Pero, para algunos, más que una ocasión para aprovechar los precios más bajos, estas fechas pueden convertirse en un calvario. Son incapaces de controlar su impulso por comprar y la tarjeta acaba por no dar más crédito. Es la adicción a las compras, un problema que afecta no solo al paciente sino también a toda su familia. Tenemos buenas noticias: si es tu caso, pide ayuda. Con apoyo psicológico se puede poner freno a esta adicción.
La sociedad de consumo en la que vivimos tiene mucho que ver en el desarrollo de este problema. "Tenemos multitud de marcas, miles de opciones, modos de venta, facilidades de pago, etc. Hoy todo está al alcance y en muchas ocasiones se nos puede ir de las manos", alerta el psicólogo Jorge López Vallejo. La compra online, además, propicia su desarrollo y facilita que adquiramos productos sin ton ni son y sin pararnos a pensar si verdaderamente lo necesitamos o si estamos comprando por impulso. Pero una cosa es excedernos en alguna ocasión y otra que lo hagamos de forma recurrente.
"La adicción a las compras es una alteración del comportamiento que se da en aquellas personas que tienen problemas para controlar sus impulsos. Esta falta de control puede manifestarse con otros comportamientos adictivos como a la comida, adicción a las drogas, al sexo, al juego...", explica el doctor Antonio Cano, catedrático de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid y presidente de la Sociedad para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS).
Asimismo, las conductas impulsivas tienen una base genética y suelen marcar la conducta. De hecho, las mismas personas suelen tener una vida pesonal y social complicada ya que tampoco controlan emociones como la ira o los celos, pueden pasar del amor al odio en un momento o de ser encantadoras a insoportables en poco tiempo. Por otra parte, algunos pacientes con trastorno bipolar también pueden presentar estos cuadros de adicción y conductas y compras impulsivas en su fase de euforia o de manía.
¿Cómo reconocer a un adicto a las compras?
Existen muchos perfiles de adictos a las compras. Pero, generalmente, suele reconocerse como aquellos que compran más de lo que necesitan, exceden su presupuesto y pueden llegar a pedir prestado dinero para seguir comprando. "Un adicto a las compras podría ser aquel que compra ocho pares de pantalones exactamente iguales o 50 camisas que no necesita", señala el presidente de la SEAS. Asimismo, esta adicción no entiende de géneros y ambos sexos puede sentir deseos de comprar sin poder parar. "En general, lo que cambia es el tipo de consumo. Los hombres suelen decantarse por productos de tecnología o coches y las mujeres ropa, accesorios y belleza. Sin embargo, son datos muy generales y no disponemos de estudios concluyentes", añade.
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Por otro lado, suele presentar una serie de comportamientos:
- Agitación en su vida diaria
- Ansiedad y estrés cuando llega a un centro o calle comercial
- Deseos irrefrenables de comprar y, aunque quiere controlarlos, no puede
- Euforia cuando adquire un producto
- Sentimiento de culpa cuando se da cuenta de que no lo necesita o ha gastado más
- Suele tener problemas con el entorno más cercano
- Irritabilidad si alguien le advierte de que puede tener un problema de adicción
Buscar tratamiento para las compras compulsivas
"Las personas que tienen una adicción no suelen reconocerla. Y en ocasiones, su propio entorno tiende a acallar o a minimizar el problema, por eso se sabe que hay muchos pacientes sin diagnosticar", alerta el presidente de la SEAS. Sin embargo, es importante recalcar que este trastorno tiene solución si se trata y que es recomendable que se busque ayuda profesional lo antes posible.
"Con un tratamiento adecuado se puede ayudar a que salgan de esta adicción. Nosotros practicamos la terapia psicológica cognitivo-conductual que consiste en averiguar qué puede originar este impulso, qué emociones se manifiestan, de qué depende este comportamiento, comprenderlo y establecer pautas de conducta para modificarlo", explica Cano. En algunos casos "puede ser necesario un abordaje farmacológico pero nunca debe administrarse como tratamiento único, porque si no se modifica la conducta, ésta se puede volver a repetir cuando se deje el medicamento", recomienda.
La terapia breve estratégica también ha resultado válida para tratar este tipo de adicciones. "Cambiamos el sistema perceptivo reactivo de la persona y reemplazamos la posibilidad por la obligación de gastar diariamente a través de la Red. Esta prescripción tiene que respetarse al pie de la letra. En pocas sesiones, las persona madura la conciencia de haber sido objeto y sujeto al mismo tiempo de una especie de encantamiento maléfico del cuál sentía la necesidad de salir y del que sale", señala López Vallejo.
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La familia, tu mejor apoyo
Hay que recordar que, así como la implicación y el compromiso del paciente es esencial, el apoyo de la familia también lo es para el éxito del tratamiento. Según el experto en terapia breve estratégica, así es como debería actuar el entorno:
- Es importante interrumpir todos los sermones ya que esta dinámica acaba por exacerbar el problema en vez de reducirlo.
- También hay que cesar cualquier acción represiva, manteniendo como única restricción el control del uso del dinero.
- El presupuesto debe dosificarse progresivamente para que el paciente pueda ir disponiendo de él poco a poco para realizar sus compras.
Como ves, con ayuda profesional y el apoyo de tu familia podrás salir de compras sin temor a perder el norte nunca más.