Coronaciones, entronizaciones, investiduras y proclamaciones del siglo XXI
Repasamos las ceremonias de aquellos soberanos que llegaron al trono con el nuevo milenio en plena cuenta atrás para la próxima Coronación que se celebrará el 6 de mayo en la Abadía de Westminster: la de Carlos III del Reino Unido y Camilla como reina consorte
Mónaco 2005
Raniero III, que reinó durante 55 años y trasformó el Principado gracias en parte a la ayuda e imagen de su mujer, la princesa Grace, oscarizada estrella de Hollywood antes que princesa, falleció el 6 de abril de 2005. El 12 de julio de ese mismo año, cuando terminó el periodo luto oficial, comenzaron las celebraciones en torno a la ascensión de su hijo, Alberto II, como nuevo soberano de Mónaco. Todo comenzó de forma tradicional, con una misa y un Te Deum que ofició el arzobispo de Mónaco solo para los residentes en el Principado, fue tras el servicio religioso cuando se tomó la foto -en el Patio de Honor del Palacio Grimaldi- que hizo historia, la del nuevo príncipe con sus hermanas, las princesas Carolina y Estefanía, dos figuras que con el tiempo han resultado claves para apuntalar su reinado
Desde que ascendió al Trono dejó claro que su vocación era pasar a la historia como un príncipe ecologista, o al menos uno que dedicara buena parte de su tiempo al medio ambiente, a las nuevas tecnologías y a modernizar el país, como finalmente ha sido. Su padre, el príncipe Raniero, fue "el constructor", ya que durante sus años en la jefatura del Estado se acometieron las grandes obras y la creación de todas las infraestructuras que convirtieron al pequeño país de la Costa Azul en el epicentro de las grandes fortunas a nivel mundial
Las celebraciones continuaron el 19 de noviembre de ese mismo año, coincidiendo con la festividad nacional, entonces se celebró el ascenso del príncipe Alberto al trono de forma internacional y antes personalidades extranjeras, como miembros de otras casas reales, estuvieron, entre otros, la princesa Victoria de Suecia y los recién nombrados duques de Edimburgo, es decir, el príncipe Eduardo y su mujer
La familia Grimaldi de llenó se volcó en unas celebraciones con fuegos artificiales y mucha vida en las calles para marcar el inicio de la nueva era. Hay que recordar que, por aquel entonces, en el año 2005, Alberto II todavía era un hombre soltero, aunque ya había comenzado su noviazgo con la nadadora Charlene Wittstock no sería hasta el año 2011 cuando se casó con ella, entonces Mónaco volvió a celebrar fiestas por todo lo alto
Países Bajos 2013
Probablemente el que tuvo lugar el 30 de abril de 2013 haya sido el relevo en la corona más espectacular de la historia reciente, entre otras cosas, por la impactante llegada del rey Guillermo de Holanda cubierto con una capa de armiño y con 83 leones bordados en hilo de oro a la Iglesia Nueva de Ámsterdam, mientras la reina Máxima llevaba en su cabeza 655 brillantes y 31 zafiros, una pieza que perteneció a la Reina Emma. Allí les esperaban, además de las máximas autoridades y representantes del país, invitados llegados de todas partes del mundo, entre ellos una veintena de representantes de otras casas reales entre los que estuvieron don Felipe y doña Letizia y los entonces príncipes británicos Carlos y Camilla, los próximos en ser coronados
Todo había comenzado la noche anterior, con una deslumbrante cena de gala para despedir la reina de Beatriz de Holanda. Príncipes y princesas se dieron cita en el Rijksmuseum de Ámsterdam, la catedral del arte, mientras miles de ciudadanos llenaban las calles para despedir a la que había sido su reina y había sufrido mucho en los últimos años debido al accidente de su hijo, el príncipe Friso, que terminó falleciendo en agosto de ese mismo año
Al día siguiente, en la solemne entronización, Guillermo y Máxima fueron recibidos a golpe de bastón: "Ha llegado el Rey", mientras sonaba el himno nacional neerlandés, Het Wilhelmus. La ceremonia fue majestuosa a pesar de que Guillermo no fue ungido ni coronado, por decisión de su antepasado Guillermo I, que prescindió de este rito de connotaciones religiosas en 1814, para evitar enfrentamientos religiosos entre católicos y calvinistas. "Juro que defenderé y guardaré siempre con todas mis fuerzas la independencia y la integridad del territorio del reino, que protegeré la libertad y los derechos de todos los holandeses y todos los residentes en los Países Bajos", afirmó Guillermo Alejandro, mientras apoyaba su mano sobre la Constitución de su país, al ser investido como el sucesor de su madre. Los congregados en la iglesia y los miles de personas que seguían la ceremonia desde el exterior exclamaron ¡Viva el rey! seguido de tres hurras que lo dejaron todo en silencio
Durante esos días los nuevos Reyes y sus tres hijas, las princesas Amalia, Alexia y Ariane, el país vivió en una fiesta continua, ya que se celebraron conciertos, paseos por los canales, se dispusieron pantallas y se organizaron cientos de encuentros para que los ciudadanos -vestidos de naranja, el color de la Casa Real de los Países Bajos- vivieran con entusiasmo la llegada del rey Guillermo Alejandro al trono, el primer varón en 123 años
Bélgica 2013
El relevo en la corona belga fue rápido y sencillo: no hubo para Felipe de los belgas ni manto ni cetro ni corona. La ceremonia arrancó durante la noche anterior con un concierto en el Palacio de las Bellas artes y al día siguiente se produjo un relevo emotivo enmarcado en lo estrictamente necesario, oficial y protocolario dentro de las celebraciones del Día Nacional: el domingo 21 de julio de 2013
Pocos minutos antes de las nueve de la mañana, la Familia Real belga al completo llegó a la catedral de San Miguel y Santa Gúdula, de Bruselas, que además de ser la iglesia principal es el lugar en el que la Familia Real celebra los grandes acontecimientos. La misa fue muy emotiva porque era la última de Alberto II en la jefatura del Estado y ese sentimiento de despedida lo impregnaba todo e hizo que su mujer, la reina Paola, rompiera a llorar en varias ocasiones durante la Misa Te Deum del Día Nacional
Finalizado el servicio religioso, la Familia Real puso rumbo al Palacio Real de Bruselas, símbolo de la monarquía constitucional belga y lugar en el que ejerce sus funciones el jefe del Estado. En el Salón del Trono, ante su familia y las autoridades del país, Alberto II firmó su abdicación y así dio paso a su hijo, el séptimo Rey de los Belgas. "Felipe, posees un gran corazón y la inteligencia para servir de forma óptima a nuestro país. En ti y en tu esposa, Matilde, depositamos toda nuestra confianza", dijo el soberano en el preciso instante en el que dejaba de serlo
Con el trono a su espalda, Felipe de los belgas, juró (en las tres lenguas oficiales de Bélgica (flamenco, francés y alemán) como Rey vestido con el uniforme de gala de general de la Armada, ante la mirada de orgullo de su familia y el aplauso general. No falto el saludo desde el balcón de palacio ni los gritos de ¡Viva el Rey!, el nuevo jefe del Estado se trasladó al Congreso de Bruselas para rendir un homenaje en la tumba del soldado desconocido y pasó revista a las tropas
España 2014
La proclamación de Felipe VI ante las Cortes Generales españolas tuvo lugar el 19 de junio de 2014, aunque la maquinaria se había puesto en marcha meses antes para crear la Ley Orgánica que permitió la abdicación del rey Juan Carlos. Fue un día antes, el 18 de junio, cuando la ley fue sancionada y promulgada en el Salón de Columnas del Palacio Real de Madrid, donde se representa el Toisón de Oro y destaca la simbología dedicada a realzar la majestad de la Monarquía hispánica bajo el reinado de Carlos III. Ante la atenta mirada de la Familia Real, don Juan Carlos firmó la ley por la que se hizo efectiva su abdicación, con este gesto terminaban 39 años de reinado. El momento más emotivo fue el abrazo de los dos Reyes, ya que desde el mismo momento en el que el padre abdicó el hijo se convirtió en rey, el trono nunca se queda vacío en ninguna monarquía
Al día siguiente, el histórico 19 de junio de 2014, se celebraron una serie de actos sin referencias religiosas. La mañana comenzó cuando Juan Carlos I le impuso a Felipe VI el fajín rojo de capitán general de las Fuerzas Armadas, asumiendo de ese modo el mando supremo de los tres ejércitos. Después los reyes Felipe y Letizia, junto a sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, se trasladaron al Congreso de los Diputados, donde fueron recibidos con honores militares
¡Viva el Rey!, se oyó en el Hemiciclo, tras la prolongada ovación que siguió al discurso de Felipe VI, y que este agradeció con emoción contenida. "Afronto mi tarea con energía, con ilusión", dijo el monarca
Miles de personas siguieron de cerca la escena de balcón desde la plaza de Oriente, que se convirtió en el escenario de la Familia Real. El balcón de la Puerta del Príncipe fue el marco de un hecho histórico sin precedentes. Las tres generaciones de la dinastía: cuatro Reyes, una princesa de Asturias y una infanta de España
Japón 2019
El emperador Akihito, padre el actual emperador, Naruhito, mostró su deseo de abdicar en el verano de 2016 pero el marco legal para hacerlo posible no se materializó hasta el 30 de abril de 2019, entonces terminó su era y comenzó la de su hijo, al día siguiente, el 1 de mayo, que ascendió al trono de Japón con el emperador número 126 de la dinastía de los Yamato, la monarquía continuada más antigua del mundo
Las grandes celebraciones se hicieron esperar hasta el otoño, cuando las puertas del Palacio Imperial se abrieron durante tres días que contaron con la presencia de todas las casas reales. El acto de entronización fue una fastuosa ceremonia con ritos del siglo VIII que se celebró en la sala del Pino, de 370 metros, y duró media hora. El Emperador vestía el tradicional sokutai, un traje ceremonial (diseño del siglo IX) de varias capas, y la Emperatriz, el juni hitoe, un kimono de 12 capas (diseño del siglo X).
Más de 2.000 invitados, incluyendo a Jefes de Estado de 174 países, así como a representantes de todas las Casas Reales del mundo, asistieron a la ceremonia, de dos mil años de antigüedad
Tras las celebraciones tradicionales, se celebró una gran cena de gala en el Palacio Imperial, tampoco falto un recorrido de los nuevos emperadores por las calles de Tokio