Después de décadas de abandono, el Palacio Real de Tatoi, primer hogar de la reina Sofía en Grecia, abrirá sus puertas al público en 2025 convertido en un museo. Así lo ha confirmado la ministra de Cultura y Deportes del país, Lina Mendoni, mientras se siguen con los trabajos de restauración de este edificio, situado en una enorme finca que también alberga el cementerio real, en el que reposan los restos mortales del rey Constantino y de sus antepasados.
Tatoi se convirtió a finales de 1948 en la residencia permanente de los reyes Pablo y Federica, padres de Constantino II, de doña Sofía y de la princesa Irene, mientras se mantenía el Palacio Real de Atenas para las recepciones y asuntos oficiales. Allí, los Reyes y sus tres hijos crecían en un ambiente familiar, rodeado de naturaleza. Un lugar único para el depuesto Rey y la madre de don Felipe que en más de una ocasión dijeron que es en donde están sus recuerdos más felices.
En 1967, tras el golpe de Estado de los Coroneles, el rey Constantino abandonó Tatoi, emprendió el exilio y nunca se volvió a habitar el Palacio siendo pasto de los saqueos, las amenazas de incendio, el deterioro y el abandono durante décadas que le han llevado a un estado de ruina.
La ministra ha asegurado, según el medio local Skai, que para dentro de dos años “no se habrá hecho la restauración completa de la finca, pero sí estará lista la conversión del Palacio y la caballeriza de Jorge I en un museo y todas las infraestructuras estarán listas”. Además, las licitaciones para acometer las obras de rehabilitación de algunos edificios que acogerán establecimientos de restauración y hostelería “se emitirán este año”, aseguró Mendoni.
El Gobierno griego, propietario de Tatoi desde el año 2003 tras una larga disputa con el rey Constantino por su propiedad que se saldó con una indemnización para la Familia Real, ha encontrado fondos para la rehabilitación en el rey Carlos III de Reino Unido, que tiene muy presentes sus raíces puesto que su padre, el difunto Felipe de Edimburgo, era griego de nacimiento. Andrés de Grecia y Dinamarca, abuelo de Carlos de Inglaterra, está enterrado en este camposanto desde que murió en 1944.
Durante una recepción en el Castillo de Windsor en diciembre de 2022 entre el Rey britáico y el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, se habló de la restauración de este enclave que también fue casa familiar del duque de Edimburgo. Los arreglos se han estimado en unos 14, 20 millones de euros. A través de la Prince’s Foundation, Carlos III ha brindado asesoramiento a las autoridades griegas y ha puesto como ejemplo Dumfries House, una mansión del siglo XVIII que el soberano salvó en 2007 con su adquisición por algo más de 52 millones de euros. Actualmente está abierta al público y se usa para formaciones juveniles.