Atenas va a volver a ser testigo, después de muchas décadas, de una nueva boda en el seno de la Familia Real griega. El príncipe Philippos, hijo mejor de los reyes Constantino y Ana María, se casará el sábado en una ceremonia ortodoxa con Nina Flohr, con la que ya contrajo matrimonio civil el 12 de diciembre de 2020. Cuando falta muy poco para el gran día, echamos la vista atrás para ver cómo fueron los enlaces de sus hermanos, los príncipes Alexia, Pablo y Nicolás, mientras su hermana Theodora está a la espera de fijar nueva fecha para el 'sí, quiero', que fue aplazado por el coronavirus, con el abogado estadounidense Matthew Kumar. De los cinco sobrinos de doña Sofía, dos se casaron en Londres y uno en Grecia. Pese a las peculiaridades de cada una de ellas, todas las ceremonias tuvieron un denominador común: el desfile de miembros de casi todas las casas reales.
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El ‘sí, quiero’ de Pablo de Grecia con la ‘heredera’ Marie-Chantal
El segundo hijo de Constantino y Ana María de Grecia, el príncipe heredero Pablo, tuvo una boda de ensueño. Uno de los primos favoritos de don Felipe, con el que compartió piso durante su estancia en la Universidad de Georgetown, se casó con Marie- Chantal, hija del multimillonario estadounidense Robert Miller, conocido como el ‘rey de los duty free’. Una boda real que ha convertido a la pareja y a sus cinco hijos en miembros indispensables de la sociedad internacional. La pareja, que se enamoró tras un flechazo en una fiesta en Nueva Orleans, se casó el 1 de julio de 1995 en la catedral ortodoxa de Santa Sofía de la capital británica. Tras abandonar Grecia, la Familia Real pasó por Italia y Dinamarca, hasta que se instalaron en Londres. La novia, que ya por entonces era una de las mujeres más elegantes, sofisticadas y estilosas, sorprendió con un vestido de Valentino cuyo velo midió cuatro metros, un traje que coronó con la tiara Corsario, una delicada pieza de joyería que también eligió su cuñada, Tatiana Blatnik, para su boda con el príncipe Nicolás y que pertenece al joyero de la Casa Real griega. En sus inicios fue un broche perteneciente a la reina Victoria de Suecia. Hasta entonces y exceptuando el enlace de Isabel II, ninguna boda celebrada en Londres había reunido a tantos príncipes y reyes. En total, 1.300 invitados entre los que se encontraba la propia Reina de Inglaterra y su marido, Felipe de Edimburgo, todos los herederos europeos, la Familia Real española al completo, Margarita de Dinamarca, los reyes de Suecia y un largo etcétera que la convirtieron una de las grandes bodas reales de la época.
El enlace con acento español de la princesa Alexia
Alexia de Grecia, la primogénita de los Reyes de los helenos, nació el 10 de julio de 1965 en Corfú. En su juventud, dada su estrecha relación con la infanta Cristina, que entonces vivía en Barcelona, comenzó a visitar España con frecuencia. Fue en nuestro país donde conoció al arquitecto Carlos Morales con el que se casó el 9 de julio de 1999 en Londres, en la misma Catedral y por el mismo rito que su hermano Pablo.
La Princesa tuvo como damas de honor, además de a su hermana Theodora, a dos de las princesas del momento, su sobrina, Olimpia y Mafalda, 'la princesa cantante, hija de Kyril de Bulgaria y de Rosario Nadal. Su boda, al igual que la del heredero se convirtió en una cumbre de royals como no se recuerda. A pesar de no reinar, la Familia Real griega tiene lazos de sangre directos con las monarquías de España, Dinamarca, Gran Bretaña y Hannover. La reina Sofía, muy unida a su hermano y sus sobrinos, no faltó a esta cita a la que también acudió don Juan Carlos y las infantas Elena y Cristia y don Felipe. En el posado tras la ceremonia religiosa, Felipe de Marichalar, que estaba a punto de cumplir su primer añito acaparó todas las atenciones de su abuela materna y de la reina Noor de Jordania, que no pudieron resistirse a sus gestos y muecas. Los Windsor al completo, capitaneados de nuevo por la Reina y su marido, la familia Real sueca al completo, Sonia de Noruega, su hijo Haakon; Margarita de Dinamarca, tía de la novia, y aristócratas como la infanta Margarita, con su marido, Carlos Zurita, y su hija María, arroparon a los novios en este enlace. La pareja reside en el municipio de Yaiza, en la isla de Lanzarote y son padres de cuatro hijos: Arrietta, Ana María, Carlos y Amelia.
La gran boda griega a la que acudió doña Letizia
Nicolás de Grecia, tercer hijo de los Reyes helenos, quizá el que más griego se siente por residir en Atenas se casó el 28 de octubre de 2009 con la bella venezolana de ascendencia eslovena y alemana, Tatiana Blatnik,tras siete años de relación. Una boda con un fuerte sabor Mediterráno, ya que se celebró en la isla griega de Spetses, un paraíso de postal con casas pintadas de blanco, convertida en uno de los muchos atractivos turísticos del país y que forma parte del archipiélago de las Sarónicas. El escenario para el enlace religioso fue la iglesia de San Nicolás, muy alejado de la grandiosidad del templo ortodoxo de Londres, que eligieron sus hermanos. Se celebró en una isla y quizá eso hizo que haya dio la boda real griega con menos invitados de la realeza, aunque contó con la presencia de doña Letizia, entonces princesa de Asturias.
La boda también dejó una imagen para el recuerdo la del posado de los actuales Reyes de España con la infanta Cristina, Iñaki Urdangarin y la infanta Elena. La esposa de don Felipe impactó con un vestido azul de clara inspiración helénica con escote asimétrico y que recordaba a las túnicas atenienses. Las que no faltaron a la cita, fueron, una vez más, las tías del novio: las reinas Sofía y Margarita de Dinamarca, así como los miembros más jóvenes de las monarquías europeas: Guillermo y Máxima de Holanda, Victoria y Daniel de Suecia, Haakon de Noruega o Mary de Dinamarca. Solo 30 de los invitados (entre los que se encontraban la Familia Real española) pudieron seguir la ceremonia desde la pequeña capilla. Olimpia de Grecia volvió a repetir como dama de honor en compañía de sus hermanos y de sus primos, los hijos de la princesa Alexia y Carlos Morales. La novia llegó a bordo de una típica calesa isleña, tirada por un caballo y adornada con flores. El banquete nupcial se celebró bajo dos enormes carpas situadas frente al mar.