Con la llegada de septiembre, las mochilas y los uniformes vuelven a formar parte del paisaje urbano. Después de unos meses de confinamiento, marcados por la educación a distancia, los niños vuelven a sus colegios para reencontrarse con compañeros y profesores en un curso académico que empezará entre fuertes medidas de seguridad sanitarias a las que ha obligado la crisis del coronavirus. Los hijos de reyes y príncipes europeos no son ajenos a la vuelta al cole y ya se preparan para estrenar cuadernos, bolígrafos, subrayadores y libros de texto. Cada uno lo hace en diferentes tipos de colegio desde públicos a privados, religiosos o laicos.
La princesa Leonor y la infanta Sofía volverán al colegio privado Santa María de los Rosales de Madrid la semana que viene. La heredera comenzará 4º de la ESO, el último curso de Secundaria, mientras que su hermana estará en las aulas de 2º de ESO. Este centro es el mismo por el que pasó su padre, don Felipe, y se fundó en 1952 por parte de un grupo de personas relacionadas con el mundo intelectual y con el sector empresarial. La idea era crear 'un centro educativo que fuese un innovador foco de educación privada'. En todos estos años han pasado por sus aulas, además del Rey y sus hijas, importantes personalidades relevantes del mundo de la política, la economía, la ciencia, el arte y el deporte. Entre su ideario, este centro escolar imparte 'una educación privada encaminada a hacer de nuestros alumnos personas físicas y psíquicamente sanas, que piensen con rigor y creatividad, que valoren con independencia y criterio, que enfoquen su actividad con responsabilidad y aceptación del deber (...) personas que, por su formación, estén preparadas para trascender a una vivencia religiosa cristiana que encuentre sus bases en la aceptación, la convicción y el amor'. Santa María de los Rosales centra su actividad en cuatro áreas de conocimiento: las ciencias sociales y experimentales, las humanidades, los idiomas (inglés, francés, alemán y chino) y las tecnologías de la Información y la Comunicación. Uno de sus objetivos es potenciar las lenguas extranjeras. Además ofrece a sus alumnos formación religiosa católica y la celebración oficial de la Primera Comunión y la Confirmación, en 4º de Primaria y 1º de Bachillerato. Pese a ello, 'los alumnos que profesan otras religiones son igualmente bienvenidos y se les ofrecen opciones alternativas'. Tiene comedor, transporte escolar, servicio médico, gabinete psicopedagógico, club deportivo, escuela de música y de artes, espacio para padres y un plan de convivencia
George de Cambridge, hijo mayor del príncipe Guillermo, acude a la escuela Thomas's Battersea, ubicada en el sur de Londres, desde el año 2017. Cuenta con casi 600 alumnos entre los 4 y los 13 años y el precio por curso ronda los 7.000 euros. Su regla escolar más importante es: 'ser amable'. Desde sus inicios, la escuela ha hecho mucho énfasis en las artes y en el fomento del deporte. Aunque es un centro cristiano está abierto a niños de todas las religiones pues 'nuestros valores son universales'. Fomenta el aprendizaje individual de cada alumno para potenciar así su curiosidad y su sentido investigador con independencia, confianza, liderazgo y humildad. El uniforme es obligatorio y hace que los pequeños disfruten de una identidad y de una pertenencia a un grupo. Ofrecen, además, clases extraescolares de ballet, debate, kárate, arte, jardinería, natación, judo, atletismo... Además de combinar unos altos estándares académicos, un plan de estudios amplio, este centro está muy comprometido con mejorar las oportunidades de niños de Londres como de ámbitos rurales de Nepal
A sus 5 años, Charlotte de Cambridge comparte colegio con su hermano mayor. Después de pasar por la guardería Willcocks de Londres, se unió al prestigioso colegio del príncipe George en septiembre de 2019. A pesar del confinamiento provocado por la pandemia, la segunda hija de los duques de Cambridge podría haberse reincorporado a sus clases presenciales en junio. Sin embargo, sus padres decidieron que no volvería a la escuela antes del verano. El pequeño de la familia, el príncipe Louis, todavía no acude al colegio. El uniforme de Charlotte es igual que el de su hermano, salvo que en su caso lleva una falda en lugar de bermudas
Èléonore de Bélgica, de 12 años, ha sido la primera de las 'royals' en volver al colegio. La cuarta hija de los reyes Felipe y Matilde de Bélgica estrena etapa escolar y ha comenzado la secundaria en el colegio católico Heilig Hartcollege que imparte sus enseñanzas en holandés donde los valores cristianos, la educación de calidad y la atención al desarrollo y bienestar de cada individuo van de la mano. Este colegio centra mucha atención a la educación sociocultural de sus estudiantes y apuesta por iniciativas como excursiones, funciones teatrales, foros de cine, viajes al extranjero... Además presume de apoyar a su alumnos en los momentos clave de elección de sus itinerarios escolares y fomenta que estos traten todo tipo de diversidad con respeto. Este colegio tiene un amplio bagaje pues fue fundado en 1904 por la Congregación de los sacerdotes del Sagrado Corazón
La que ya se encuentra formándose como heredera es Elisabeth de Bélgica, que a sus 18 años ha finalizado el colegio para ingresar en la Real Academia Militar de Bruselas. De esta manera, la duquesa de Brabante se convierte en la primera mujer de la Familia Real belga en tener instrucción castrense. Lo hará en holandés y durante un año donde aprenderá todo acerca del Ejército así como de las Ciencias Sociales. Además, recibirá nociones de relaciones internacionales, geopolítica, liderazgo y trabajo en equipo
El príncipe Gabriel de Bélgica, segundo hijo de los Reyes, cumplió hace unas semanas 17 años y ya prepara su vuelta al International School of Brussels, un exclusivo centro privado que ofrece toda su formación en inglés y que está situado en el municipio de Watermaal-Bosvoorde, a media hora en coche del castillo de Laeken, residencia de la Familia Real. Junto al Príncipe acuden a este colegio 1.350 estudiantes de más de 75 países a los que se pretende 'desarrollar como estudiantes independientes y ciudadanos internacionales en un entorno donde todos los alumnos estén incluidos, tengan desafíos y tengan éxito'.
Emmanuel de Bélgica, de 15 años, es el tercer hijo de los Reyes. El Príncipe acude a la escuela privada Eureka, , situada en la localidad Kessel-Lo, cerca de la ciudad de Lovaina. Se trata de una institución especializada en alumnos con problemas de aprendizaje ya que padece dislexia. Este centro se centra en desarrollar los talentos de cada alumno para compensar sus discapacidades. Pretende crear hombres y mujeres que sean socialmente activos e independientes. Durante unos dos años, los alumnos reciben una educación intensiva en la que adquieren conocimientos y habilidades que luego utilizarán cuando regresen a la educación regular
Después de pasar unas semana en un colegio internacional de Suiza, del que tuvieron que regresar por la crisis del coronavirus, los hijos de Federico y Mary de Dinamarca volverán un año más a su colegio Tranegårdskolen en Gentofte, ubicado en la región capital de Dinamarca. Este centro se creó en 1934 y se preocupa de crear entusiasmo y proporcionar a su alumnado desafíos académicos y sociales. Fomenta compañerismo y el respeto mutuo entre compañeros y se apuesta por la cortesía y la resolución de conflictos y problemas de inmediato. Además, no está permitido el uso de teléfonos móviles entre los escolares más pequeños y los padres están permanentemente informados a través de una plataforma on line. Todos los estudiantes participan para que la escuela esté limpia y ordenada
A sus 16 años, Ingrid Alexandra de Noruega estrenará este otoño nuevo colegio. La hija mayor de Haakon y Mette- Marit acudirá a la escuela secundaria superior Elvebakken en Oslo, un lugar con más de 1.400 estudiantes y 150 profesores y tienen un amplio programa curricular en ciencias, humanidades y materias creativas. Además todos los matriculados pueden elegir entre asignaturas de diferentes itinerarios educativos, es decir, un estudiante puede acudir a asignaturas de ciecnias al mismo tiempo que esstudia medios de comunicación. Su sistema pedagógico combina la enseñanza ordinaria, dirigida por el profesor, con el tiempo de estudio donde son los propios alumnos los que eligen cuáles son las asignaturas con las que quieren trabajar. Durante este periodo de estudio, los profesores actúan como supervisores y cada alumno pertenece a un grupo de trabajo con otros tres compañeros con los estará durante todo el año académico. Elvebakken tiene un programa de internacionalización integral. Cada año, 30 estudiantes viajan a una universidad inglesa. Los chicos que tienen asignaturas del programa chino participan de una estancia en la ciudad china de Nanjing.
Desde el año 2014, Sverre Magnus de Noruega, segundo hijo de los príncipes Haakon y Mette- Marit, acude a la escuela Montessori de Oslo, que se basa en los preceptos de esta médica y educadora italiana y que pone al niño en el centro. Las clases de este centro se disponen de manera poco convencional en grupo o de manera individual según las materias que se traten. María Montessori creía que la escuela debía reflejar tanto como fuera posible el mundo real, por eso en este colegio los niños de diferentes edades comparten pupitre. Las asignaturas no están divididas en sesiones de una hora, sino que el niño puede trabajar todo el tiempo que quiera en un área
Las princesas Amalia, Alexia y Ariane, hijas de Guillermo y Máxima de Holanda, acuden las tres al mismo centro educativo, el Christelijk Gymnasium Sorghvliet de La Haya. Un centro con valores cristianos protestantes donde 'el alumno tiene la libertad de ser él mismo'. Este colegio trata de capacitar a las nuevas generaciones para qe se vuelvan ciudadanos involucrados con el mundo, curiosos y con pensamiento autónomo a través de habilidades analítico-criticas que les sirven para su autodesarrollo como para su estudio científico
Estelle de Suecia, hija de la princesa Victoria, estudia en el Campus Manila de Djurgarden, a las afueras de Estocolmo. Es gratuito y está dirigido por una fundación que invierte todos los beneficios en los alumnos y en la propia escuela. Además de hacer mucho hincapié en los menús escolares que se preparan en cocinas propias, se promueve un aprendizaje que estimula ambas mitades del cerebro. En el Campus Manila creen que la ciencia y la lógica se equilibran mejor con la imaginación y la creatividad. Consideran que 'es importante que los niños aprendan matemáticas y ciencias, pero junto al arte, la música y la danza. No solo deben poder contar y recordar, sino que también deben poder pensar de manera crítica y creativa'. Campus Manila también hace intercambios con escuelas de España, Alemania y Francia