Ya es habitual que esta tradición de la 'Daijō-sai' genere opiniones dispares, algunas de ellas críticas, debido al enorme desembolso y dispendio que ocasionan. Según apunta la prensa del país, el ritual ha costado aproximadamente 22,5 millones de euros que han ido a parar no solo a la construcción del complejo -que será destruido al finalizar los fastos-, sino también a la cena de lujo y a las otras, de índole privada