Akihito y Michiko de Japón observan maravillados las rosas del jardín que ocupa ahora el terreno donde se situaba la casa en la que creció la emperatriz
Michiko de Japón saluda amablemente a su llegada a los jardines que tantos recuerdos le evocan. Los emperadores realizan un recorrido por los lugares más significativos de su vida como forma de despedirse de su reinado