Akihito de Japón se sintió muy arropado en su 30º aniversario en el Trono, además de por su mujer, la emperatriz Michiko, y por su familia, por las casi 1.100 personas entre legisladores, burócratas, embajadores, líderes empresariales y representantes de ONG, que querían darle merecido homenaje antes de su despedida definitiva con su abdicación de la corona