Un total de un centenar de invitados, apenas una pequeña representación de la excelencia japonesa y francesa del ámbito institucional, de las finanzas y de la cultura, compartieron con los anfitriones, el presidente Emmanuel Macron y la primera dama Brigitte Macron, y con su invitado de honor, el futuro Emperador, una cena de gala en el vestíbulo de la capilla real versallesca.