El cuento real empezó al revés, pero ahora los hechos son aplastantes. Desde su nacimiento, y durante años, los reyes protegieron la infancia de sus hijas . Ésa era la idea. Que crecieran en un entorno privado y con la menor exposición posible. Pero todo cambió cuando la princesa Leonor cumplió doce años. Felipe VI y doña Letizia empezaron a poner fechas fijas al futuro y a los pasos que su hija tendría que ir afrontando. Y fue ahí, cuando empezó a verse la gran diferencia con las otras adolescentes llamadas a llevar corona.
Si inicialmente la presencia de la princesa Leonor en la vida pública era mucho menor que la de otros herederos -lo que llevaba a que su papel fuera comparado permanentemente-, ahora estamos en el lado contrario.
La representación pública de la princesa de Asturias respecto a Amalia de los Países Bajos, Christian de Dinamarca, Ingrid de Noruega y Elisabeth de los belgas es infinitamente mayor. Y los hechos están ahí. Aunque, hay que decir que Ingrid y Christian, como hijos de futuros Reyes, están todavía a mucha distancia de las responsabilidades de la corona.
Pero, en el conjunto de las Monarquías, Leonor marca la diferencia. Es una joven valiente. Dulce, pero muy fuerte y arraigada en su destino. La continuidad obliga y desde que, en 2018, hablara por primera vez en público, no ha dejado de asumir retos y actos. Lo que la convierte en una princesa con una determinación asombrosa. Y hay que ponerlo en valor. A sus quince años, no ha habido otra heredera al trono que haya asumido más retos y actos oficiales, en la historia reciente.
No ha habido otra heredera al trono que haya asumido más retos y actos oficiales en la historia reciente que la princesa de Asturias
La vida de Amalia de los Países Bajos (celebrará su mayoría de edad en diciembre), o la de la Elisabeth de los Belgas (cumplirá veinte, en octubre) dista un mundo de la de la princesa de Asturias cuando hablamos de desafíos.
La hija mayor de los reyes Guillermo y Máxima, por ejemplo, no asiste a actos oficiales -a excepción del Día del Rey- nunca ha dado un discurso, y sus apariciones se limitan a sus posados de familia o de su cumpleaños. Los Soberanos lo han querido así. Protegerla hasta que cumpla dieciocho años.
La princesa Leonor fue la primera heredera a la Corona, además de la más joven, en recibir la más alta condecoración de la monarquía española en cinco siglos
En cuanto a Elisabeth, difiere en sus actividades de la heredera de los Países Bajos, pero sus pasos públicos tampoco se aproximan ni de lejos a los de la princesa de Asturias.
Ha pronunciado un discurso (uno), asiste a algunos actos con sus padres, los reyes Felipe y Matilde -hasta ahora, nunca sola- y salió del palacio de Laeken, donde viven, para estudiar en un internado. El mismo al que acudirá la princesa de Asturias, en Gales. Y, también muy importante, ha abierto camino a su generación como princesa soldado, ya que es la primera heredera al trono que sigue formación militar.
Algún día ya no muy lejano, la princesa de Asturias también vivirá como una recluta más del pelotón y practicará tiro con su fusil de asalto. La hija de los Reyes de España también tomará las armas.
Leonor es esa princesa que ya lleva años sentándose a la derecha de su padre, el lugar que le corresponde como futura reina; que ocupa el asiento de copiloto; que toma la palabra al menos tres veces al año -en los premios princesa de Asturias y de Girona; y en la entrega del premio al pueblo ejemplar-, que hace preguntas y da declaraciones a la prensa - a la vuelta de su campamento en EEUU-, que lleva el Toisón con orgullo como símbolo de sus raíces y de su futuro. Fue la primera heredera a la Corona, además de la más joven, en recibir la más alta condecoración de la monarquía española en cinco siglos. También, la princesa que, junto a sus padres y su hermana, la infanta Sofía, más se ha volcado durante la pandemia.
Desde su mensaje a los españoles en el Día del Libro, al minuto de silencio con el que arrancó el luto nacional (27 de mayo). Y desde su asistencia al funeral institucional por las víctimas celebrado en la catedral de la Almudena, a la Ceremonia Civil de Estado en la Plaza de la Armería en una mañana de duelo histórico para España.
No solo eso, también se unieron por sorpresa a los reyes en una mañana de teletrabajo en Palacio, apoyaron la reactivación del sector de la cultura, en los Teatros Canal, y acompañaron a sus padres en dos viajes. Asimismo, durante su estancia de diez días en Mallorca, conciliaron tiempo libre y agenda. Leonor y Sofía no sólo se quedaron sin vacaciones, sino que hicieron su parte.
La hija mayor de Felipe VI y doña Letizia ha avanzado en su formación con pasos de gigante. Y el mundo se ha fijado en ella. Desde la primera vez que tomó la palabra coincidiendo con su 13º cumpleaños, el 31 de octubre, en la sede del Instituto Cervantes de Madrid, a su debut en solitario, con motivo 30º aniversario de esta misma institución, en marzo.
Esta semana la volveremos a ver. Junto a los reyes y la infanta Sofía, visitará las instalaciones del astillero de Navantia en Cartagena, Murcia, y asistirá a la puesta a flote del submarino S-81 Isaac Peral.