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princess leonor© Arte: Fernando Junco

La princesa Leonor, su visado de estudiante y otras curiosidades

Compartirá habitación y baño, hará su cama, lavará su ropa, podrá trabajar en la huerta, cuidar animales, participar en tareas de rescate… y, también, cocinar


Actualizado 18 de febrero de 2021 - 16:02 CET

El próximo curso la princesa Leonor estará por primera vez “sola”. Vivirá en el UWC Atlantic College, en la costa de Gales azotada por el viento y la lluvia; y, en su maleta no faltará un chubasquero con capucha y un paraguas. Del palacio de la Zarzuela a un campus gigante donde todo gira alrededor del Castillo de San Donato (siglo XII), con vistas a la bahía: 50 hectáreas de bosques, jardines cuidadísimos; y tierras de cultivo, con su propio valle y paseo marítimo.

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De la Familia Real a otra familia: su segundo hogar

En el UWC Atlantic College convivirá con jóvenes de todas las clases sociales, además de refugiados y víctimas de la guerra; compartirá habitación y baño, hará su cama, lavará su ropa -excepto los textiles grandes, que se lavan industrialmente-, podrá trabajar en los invernaderos, cuidar animales… participar en tareas de salvamento, ayudar en residencias de ancianos, hacer escalada, cocinar. Las posibilidades son infinitas, y tendrá que elegir descubriendo el terreno en las primeras semanas.

Para entonces, habrá dejado “atrás” a su familia, a su colegio y a sus compañeros… Todo lo que ha conocido hasta ahora. Aunque se trata justo de eso. De llenar su vida de experiencias inolvidables y de descubrir quién es abrazando el idealismo, la acción, el desafío, el compromiso social y el espíritu de servicio.

Faltan siete meses, pero todo lo importante está preparado o en camino. Incluido el visado de estudiante, que tuvo que pedir nada más tener la confirmación de que había sido seleccionada para poder acceder a un colegio del Reino Unido. Un paso obligado para seguir las nuevas normas del Gobierno que entraron en vigor el pasado octubre, tras el Brexit, para estudiantes internacionales.

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Entre refugiados, víctimas de la guerra y jóvenes de países muy pobres

Al igual que los más de 300 estudiantes de 80 nacionalidades - con edades comprendidas entre 15 y 19 años-, cuando llegue al colegio, como muy tarde a principios de septiembre, la Princesa de Asturias tendrá destinado uno de los ocho edificios (con sus nombres destacados en la puerta); y una habitación, que deberá compartir con tres compañeras elegidas por el centro. De hecho, y sigue los pasos de la princesa Elisabeth de los belgas -otra futura reina-, que fue alumna de este colegio hasta el pasado verano, Leonor convivirá con una refugiada, o una víctima de la guerra, o una joven que provenga del rural de un país muy pobre, con un origen increíblemente difícil y una situación de vida radicalmente diferente a la suya. No es oficial, pero sí más que posible. El centro impulsa a esa amplitud de miras que la llevará a ponerse en la piel del otro, a que nadie tenga prejuicios, a entender el mundo en el que viven los demás.

Hay alumnos que lo tienen todo y otros que tienen muy poco, pero lo que importa es el potencial y el viaje experimental y “experiencial” que va a realizar para poder contribuir a construir un futuro más justo para todos. La misión de la institución es clara: “hacer de la educación una fuerza para unir personas, naciones y culturas, por la paz y un futuro sostenible”.

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La habitación de la Princesa

Al igual que la mayoría de los internados, la habitación que ocupará la princesa Leonor será muy sencilla y con espacios demarcados. Cuatro camas con cajoneras, un armario y una cómoda con espejo. Y, eso sí, un trozo de pared muy amplio para colocar fotografías personales.

La princesa de Asturias compartirá también el baño con otras quince alumnas. Así como la cocina, una alternativa extra a las tres comidas que se sirven en el comedor y abarcan un menú variado y adaptado a las necesidades dietéticas. No sólo esto, también hará mucha vida en común, en el cuarto de estudios y en la sala de estar, pero ya con todas las estudiantes de la residencia. Con ella, 48.

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Vida en las casas

Las normas de conducta en el centro son estrictas, pero parten del principio de confianza y respeto a la individualidad”. “El colegio pone mucho énfasis en la independencia y la madurez. Una actitud responsable de los estudiantes hacia sus estudios y su vida se considera un factor clave”, puede leerse en uno de los apartados de la web del colegio.

El despertador suena antes de las siete de la mañana para que haya tiempo para desayunar y estar en el aula a las ocho en punto, cuando empiezan las cinco horas de clases diarias, que terminan a las 13:10. Y se exige la presencia de los alumnos en las casas antes de las 21:30 de domingo a jueves -prohibido ir a otras habitaciones a partir de las 11 de la noche-; y hasta las 23:30, los viernes y sábados.

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Una princesa “holística”

El objetivo del colegio pasa por inspirar a los alumnos en el “servicio a la comunidad” y el “compromiso social” para que estén al frente de ese cambio como futuros líderes…. Lo que sucede fuera del aula es igual o más importante que lo que pasa dentro y todas las semanas, aprovechando las tardes y los fines de semana, cada estudiante tiene que hacer el “Servicio Social” eligiendo una actividad del trío que conforma el CAS (Creativity, Action, Service). Esto es: realizar un mínimo de dos horas de actividad física, dos de actividades creativas y dos de servicio comunitario.

Es un aprendizaje experimental en un entorno no académico. Una combinación “holística” centrada en la educación integral, que une conocimientos y valores del ser humano.

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Y estas son las actividades extracurriculares

  • Servicio a la comunidad: El servicio comunitario es una parte clave del espíritu y, en UWC Atlantic College. La princesa Leonor, al igual que sus compañeros, tendrá oportunidades únicas para ayudar a otros y aprender sobre sí misma. La lista, ahora limitada por la pandemia, incluye: cuidar a ancianos en residencias, enseñar a menores en riesgo de exclusión social, ayudar a personas con discapacidad, enseñar a nadar a niños, ser socorrista en piscina, playa y acantilados; ser entrenada para primeros auxilios de emergencia y escalada, y para rescate y salvamento en el mar.
  • Actividades creativas. Los estudiantes pueden elegir: pintura, cerámica, teatro, cocina, cuidado de animales en la granja -burros, ovejas-, tareas de apicultor; y cultivo de huerto en invernaderos, en los que se cosechan acelgas, col rizada, guisantes, remolacha, cebollas, ajos, pimientos…
  • Deporte: Los alumnos de UWC Atlantic College pueden hacer senderismo y caminatas por la montaña; kayak, surf, vela, tenis, natación (piscina exterior y cubierta), escalada en pared (aire libre) fútbol, voleibol, fitness, taichí y calistenia (método de entrenamiento en el que se utiliza solo el peso del cuerpo)…
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Pero cuentan, además, con una instalación deportiva (Moondance Sports Hall) con paredes acristaladas y techado sostenible casi a pie de playa… Un pabellón con gimnasio de usos múltiples para actividades como baloncesto, bádminton, hockey sala, balonmano; sin olvidar el estudio de danza.

Es ese otro lugar del campus donde se hace deporte, pero también vida… Moondance incluye una cafetería donde se reúnen para charlar, comer, jugar al billar, ver películas, bailar, y cantar karaoke.