El palacio de Marselisborg, a tres horas al oeste de Copenhague, ha sido el escenario elegido por la Familia Real de Dinamarca para felicitar la Semana Santa a su país. La Reina Margarita, el príncipe heredero Federico, su esposa, Mary, y sus cuatro hijos —Christian, de quince años; Isabella, de trece, y los mellizos Vincent y Josephine, de diez— se han reunido en este magnífico edificio, residencia estival de la monarca, para disfrutar de estos días de vacaciones.
A tenor de las imágenes compartidas por la Casa Real, los miembros de la realeza danesa han dejado volar su imaginación y han practicado una de sus tradiciones favoritas, decorar huevos de Pascua . La familia, sentada en una de las mesas de una de las salas palaciegas, se ha tomado en serio esta actividad. No faltaba ningún detalle: pinceles, pinturas y, por supuesto, periódicos para no manchar.
Una reunión desenfadada y natural, en la que no ha habido mascarillas ni distanciamiento social, que ha servido para celebrar por adelantado el aniversario de la Reina Margarita, quien cumplirá ochenta y un años el próximo viernes 16 de abril. El año pasado, la soberana canceló todas las actividades conmemorativas y pidió que, en lugar de regalarle flores, se las enviaran a ancianos que estuvieran pasando momentos difíciles. Esta es la nueva normalidad en la Familia Real de Dinamarca.