La princesa Ines, cuarta y última hija de los príncipes Carlos Felipe y Sofia de Suecia, se ha convertido en la gran alegría de comienzos de año de la familia Bernadotte. La pequeña nació el pasado 7 de febrero y acaba de anunciarse cuándo será su bautizo, todo un acontecimiento en la Corte de los reyes Carlos Gustavo y Sonia. La Casa Real sueca ha anunciado que la Princesa recibirá el sacramento el 13 de junio en la capilla del Palacio de Drottningholm, residencia real.
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El encargado de la ceremonia será el reverendo oficial de la Corte, el obispo Johan Dalman y el pastor de la capilla real, así como el reverendo regular, Michael Bjerkhagen. Después del bautismo habrá una recepción para todos los invitados a la que le seguirá un almuerzo privado. Todos los bautizos de los nietos de los Reyes se han convertido en grandes acontecimientos y la expectación es tanta que habrá asientos reservados para los medios de comunicación dentro de la capilla.
La pequeña Ines nació en el hospital Danderyd, en el norte de Estocolmo, y pesó al nacer 3, 64 kilos y midió 49 centímetros. El príncipe Carlos Felipe estuvo presente en el alumbramiento y dijo: “Estamos muy contentos de dar la bienvenida al mundo a nuestra hija recién nacida. Los hermanos mayores están deseando conocer a su nueva hermana pequeña”.
El error con su nombre
Un día después, los felices padres y la pequeña abandonaban el hospital, la pequeña en una Maxi-Cosi para poder viajar segura a bordo de un vehículo que les llevó hasta su hogar. Como es tradición en la Casa Real sueca, el nombre de la nueva Princesa tardó varios días en desvelarse, en un acto cargado de ceremonial y protocolo. El rey Carlos Gustavo, en compañía de su hija mayor y heredera, Victoria, se reunió con el Consejo tras lo cual informó de que el nombre era Ines Marie Lilian Silvia y que sería conocida con el nombre de pila de Ines y que se convertiría en duquesa de Västerbotten. Desde el momento mismo de llegar al mundo se convirtió en la octava en la línea de sucesión al trono. La anécdota de la jornada la ha protagonizado el jefe del Estado sueco, quien al pronunciar el nombre de su nieta se equivocó y nombró a su novena nieta como Inse, en lugar de Ines. En Suecia no hay nadie que se llame o se apellide Inse y su fallo provocó que "el Rey esté muy triste", según ha informado la Casa Real. La jefa de prensa de la institución, Margareta Thorgren aseguró que la razón del lapsus del Rey ha sido que "estos nombres se mantienen en secreto hasta poco antes de la reunión del Consejo, entonces, es fácil que las cosas salgan mal", dijo en su momento.
Después de su nombre, pudimos, por fin, ver la carita a la pequeña Ines en la que fue su primera imagen pública, que fue la primera de otro tierno reportaje en el que la recién nacida descansaba plácidamente en los brazos de Alexander, Gabriel y Julian, sus orgullosos hermanos mayores.
El nacimiento de Ines de Suecia se cerró con una misa Te Deum, a la que no acudieron madre e hija para que pudieran descansar, pero a la que no faltó ningún miembro de la familia Bernadotte ni de los Hellqvist, el clan al que pertenece la princesa Sofia. El próximo bautizo de Ines de Suecia servirá para ver a la gran familia del rey Carlos Gustavo en un feliz acontecimiento después de que la princesa Magdalena y su marido, Chris O’Neill, se mudaran de nuevo al país natal de ella.