Fue el pasado sábado cuando las bajas temperaturas de Estocolmo congelaron el suelo que rodea al Palacio Real, residencia oficial de la monarquía sueca y sede de la jefatura del Estado, convirtiéndolo en una superficie nevada y resbaladiza que resultó fatal para uno de los soldados que estaba de guardia. Tal y como publicó el medio sueco, Expressen, el soldado que se dirigía al cambio de turno, resbaló frente a la residencia real y cayó sobre su propia arma. "Fue un accidente terrible", cuenta el rey Carlos Gustavo de Suecia, que está siguiendo su evolución muy de cerca.
La caída provocó que el soldado fuera atravesado por su propia bayoneta (el arma blanca que se acopla al extremo del fusil para un eventual combate cuerpo a cuerpo) a la altura de la oreja, por lo que fue trasladado inmediatamente en ambulancia al hospital Karolinska , donde se consideró que las heridas eran incompatibles con la vida, sin embargo, después de una cirugía el pronóstico comenzó a cambiar y en las últimas horas se ha comunicado que está estable. "Los médicos han sido increíblemente buenos, cruzo los dedos para que todo le vaya bien", ha dicho el rey Carlos Gustavo de Suecia que, además de enviar flores, ha querido hacer declaraciones sobre este tema.
Horas después de que las Fuerzas Armadas confirmaran el accidente, el medio de comunicación Sverigesradio informó de que los soldados que estaban en el exterior del Palacio Real ya no estaban armados con sus bayonetas y que se estaba echando arena sobre el suelo. Aunque han advertido que no se trata de un cambio permanente, sí que han confirmado que pueden prescindir del arma en días de hielo y han recordado que existe la posibilidad de coger la bayoneta de un modo más seguro.