De repente y casi sin darnos cuenta, Estelle de Suecia ha pasado de niña a preadolescente dejando atrás los rasgos físicos propios de la infancia. Es más que notorio el estirón que ha pegado de un tiempo a esta parte la número dos en la línea de sucesión al trono nórdico, algo que se ha reflejado nuevamente este martes durante su última aparición pública. Lo hacía durante un acto en el Palacio Real de Estocolmo junto a sus padres, los príncipes herederos Victoria y Daniel, y su hermano pequeño Óscar.
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No hay más que echar un vistazo a las imágenes de este día de Nochebuena para comprobar cómo la princesa ya es tan alta como su madre. Tiene 12 años y cumplirá los 13 el próximo 23 de febrero, pero cualquiera diría que aparenta más. De hecho, pese a su juventud, parece que empieza a despuntar ya con estilo propio mientras lucía para la ocasión un abrigo largo gris oscuro, jersey verde de cuello vuelto, leggins negros y botas altas oscuras.
Con su pelo suelto y las gafas de ver, la nieta de los reyes Carlos Gustavo y Silvia tiene ademanes muy maduros para su edad y la diferencia con el benjamín de la casa, de 8 años, se ha hecho ahora más evidente que nunca. La que un día está llamada a ser monarca de su país se dejaba ver con su familia en la víspera de Navidad, durante el encuentro que han mantenido los cuatro con miembros y empleados de la Guardia Real escandinava.
Allí, con una gran sonrisa en la cara y estrechando las manos, les han ido saludando uno a uno para desearles unas felices fiestas. En especial, para los que tienen que trabajar y estar alertas en estas fechas tan señaladas que son vacacionales para la mayoría. Tras posar con algunos de ellos, otra de las escenas más llamativas se producía cuando Estelle de Suecia se ha puesto a curiosear con la mirada qué había dentro de una de esas típicas casetas de entrada a palacio donde hacen guardia los soldados.
Un agradable encuentro en el que incluso también hubo tiempo para charlar en torno a una mesa, sentados y tomando algo, donde la princesa Victoria se mostraba especialmente animada durante su conversación con los empleados. Todo ello un día después de que su madre, la reina Silvia, celebrara su 81 cumpleaños este lunes. Por este motivo, las Fuerzas Armadas del país quisieron honrarla con 21 disparos desde la isla de Skeppsholmen en la capital, salvas que también se lanzaron en otros puntos de la geografía sueca como Boden, Härnösand, Karlskrona y Gotemburgo.
Asimismo, la Casa Real sueca compartía en su perfil público oficial una fotografía de la homenajeada, quien sigue derrochando elegancia y goza de un envidiable estado de salud, convertida en una orgullosa abuela de sus ocho nietos. Junto a su esposo, el rey Carlos Gustavo, protagonizaba también la última instantánea que han querido mostrar en esta jornada los representantes de la monarquía nórdica, transmitiendo su mensaje de "¡Feliz Navidad!" a su pueblo.