Horas después de entregar los Premios Nobel 2023, la Familia Real sueca se ha vuelto a reunir para celebrar una cena en honor a los galardonados, una tradición que comenzó en 1904 Oscar II y que se ha mantenido con el paso del tiempo. Se trata de una de las citas más destacadas del calendario de los Bernadotte y así ha quedado reflejado a través de las históricas tiaras, las imponentes joyas y los destacados estilismos que han lucido en esta antesala de las fiestas navideñas. El Palacio Real de Estocolmo ha servido como escenario de esta velada.
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A las 19:00 horas, tras acceder los premiados, han comenzado a llegar los Bernadotte para esta velada presidida por los Reyes.Entre los primeros en llegar destacan los príncipes herederos Victoria y Daniel. La futura reina de los suecos ha impactado con un dos piezas blanco y negro con aplicaciones florales en la falda, que lució en 2019 en la cena del Parlamento y está firmada por Camilla Thulin. Ha llevado además la tiara Connaught de diamantes que regalaron en 1904 por su boda a la princesa Margarita de Connaught, abuela del Rey de Suecia y de Margarita de Dinamarca.
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No han faltado a la cita Carlos Felipe y Sofia de Suecia. La princesa se ha decantado por un vestido rojo con hombros descubiertos y la tiara conocida como Palmette que se creó para su boda con el hijo de los Reyes. Es la misma diadema que llevó en la entrega de los Nobel, pero en este caso ha quitado las esmeraldas. También han estado presentes la princesa Cristina, hermana del Rey, acompañada de su esposo, Tord Gösta Magnuson.
Silvia de Suecia ha rescatado de su armario el vestido que llevó hace justo diez años en la boda de su hija pequeña, la princesa Magdalena, con Chris O´Neill. El matrimonio ha sido precisamente el gran ausente de la cena ya que tienen su residencia fijada en Miami (Estados Unidos). Se espera que a lo largo de 2024 regresen a Estocolmo y matriculen a sus tres hijos en un colegio sueco.
A la cita también han acudido los familiares de los galardonados, autoridades suecas, la junta directiva de la Fundación Nobel y representantes de los países de los premiados. La velada se desarrolla en dos escenarios: la sala de Lovisa Ulrika, donde tiene lugar la recepción, y la Galería del rey Carlos XI que acoge el banquete privado. Se trata del salón más grandioso de todo el palacio y su decoración está inspirada en el salón de los espejos de Versalles (París).
La entrega de premios y la pérdida que los marcó
Los galardones se entregaron la noche del domingo 10 de diciembre en una gala presidida por la Familia Real. El monarca sueco, que este año ha celebrado su Jubileo de Oro, entregó en la sala de conciertos de Estocolmo el Nobel de Medicina, que fue a parar a Katalin Karikó y Drew Weissman; el de Física, para Pierre Agostini, Ferenc Krausz y Anne L'Huillier; el de Química, para Moungi Bawendi, Louis Brus y Alexei Ekimov; el de Economía a Claudia Goldin<, y el de Literatura, a Jon Fosse.Antes de la gala se entregó también el Nobel de la Paz a Narges Mohamadi.
Poco antes de dar comienzo la gala, los Reyes de Suecia conocieron que había muerto un amigo cercano. Se trata de Melker Schörling, que tenía 76 años y era una de las grandes fortunas del país nórdico. Fue director ejecutivo de Securitas en 1987 y tenía un holding con su nombre para sus inversiones. El empresario y su esposa Kerstin acudieron a varias cenas oficiales con los Bernadotte y también formaron parte de eventos privados como el cumpleaños del monarca. Además, sus hijas Sofía y Märta son amigas de la princesa Victoria.
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