La visita de Estado de Guillermo y Máxima de Países Bajos está dejando un sinfín de imágenes y momentos espectaculares e imborrables. Las buenas relaciones entre ambos países se han reflejado en la cordialidad y el gran cariño que ambas Familias Reales se profesan. Un afecto que ha quedado patente en este viaje, cargado de significado.
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Antes de descender del avión, el monarca neerlandés dejó una imponente imagen. Él mismo viajó hasta Suecia ejerciendo de copiloto de la aeronave en lugar de estar junto a su esposa y el resto de pasajeros en la cabina. El rey Guillermo es un apasionado de la aviación y desde 1985 es piloto y ha servido como tal de manera voluntaria en Kenia. También tiene la licencia correspondiente para poder pilotar el avión del Gobierno, que se usa principalmente por los miembros del gabinete y sus delegaciones.
Tras los saludos, la Famila Real sueca quiso agasajar a sus invitados de honor con una bienvenida cargada de ceremonial y pompa con banderas de ambos países y un traslado en carroza desde las caballerizas hasta el Palacio Real de Estocolmo que evocaba directamente a otras épocas. La espectacular comitiva por el centro de la capital tuvo como destino el patio interior de Palacio donde ambos soberanos pasaron revista a una compañía de granaderos de la Guardia Real y sonaron los himnos nacionales.
Ya en Palacio, tuvo lugar uno de los instantes más divertidos del viaje cuando la princesa Estelle ejerció de simpática anfitriona para saludar a los Reyes holandeses. A sus diez años, la hija mayor de la princesa Victoria estuvo de lo más cariñosa con Guillermo de Países Bajos pues es uno de sus padrinos de bautismo.
Posteriormente, la pareja real junto con los reyes suecos se desplazaron al Museo Vasa, donde estuvieron a bordo de un buque de guerra que fue diseñado y construido bajo la dirección de un constructor naval holandés y ya por la noche, la jornada se cerró con una cena de gala donde los dos monarcas pronunciaron sendos discursos.
Al día siguiente, este miércoles, fue el turno de un encuentro con empresarios que finalizó con un almuerzo en el Ayuntamiento. Posteriormente, los cuatro reyes se montaron en un hidroplano eléctrico fabricado en el astillero sueco Candela, una increíble embarcación que hace que a altas velocidades las hidroalas de la nave bajen por lo que el barco sube y tienen menos resistencia al agua. A partir de 2023, este peculiar barco que han probado los monarcas y sus esposas estará disponible para los habitantes de Estocolmo ya que se incorporará a la red pública de transporte.
Guillermo y Máxima de Países Bajos también conocieron Stockholm Exergía, una de las empresas de energía más grandes de Escandinavia que no utiliza combustibles fósiles y tiene como objetivo ser climáticamente sostenible en 2025. De ahí fueron a SciLifeLab, donde investigadores internacionales especializados en biología trabajan para dar soluciones innovadoras para el cuidado de la salud. Por la noche, los Reyes holandeses ofrecieron un concierto como agradecimiento a la Familia Real sueca su hospitalidad. La vista de Estado acabará este jueves.