Parte de la Familia Real sueca ha pasado las vacaciones de Pascua en la nieve, disfrutando de algunos de los impresionantes parajes que tiene el país en esta época del año. Después de cerrar la temporada con una gran cena de gala en Palacio, los reyes Carlos Gustavo y Silvia han hecho las maletas y han disfrutado de los parajes que ofrece la estación de esquí de Storlien, en el centro del país. Por su parte, el príncipe Carlos Felipe y su esposa, la princesa Sofia han disfrutado deslizándose por las pistas.
Los Reyes han dejado una imagen de los más pintoresca mientras disfrutaban de una taza caliente sentados en medio de la nieve en compañía de su mascota. La Reina con un anorak blanco, gorro de lana, gafas de sol y una manta sobre sus piernas. A su lado, su marido con cazadora oscura y disfrutando junto a su esposa de un pequeño tentempié en medio de un manto blanco desde donde han deseado una feliz Pascua. El monarca y su esposa se encuentran en el pueblo de Storlien, a dos kilómetros de la frontera con Noruega. Una zona que vive principalmente del turismo y de la vida al aire libre, donde destacan todo tipo de disciplinas relacionadas con la nieve, la caza, la pesca y el senderismo. La Familia Real sueca tiene una vivienda en este lugar, donde acostumbra a celebrar la Semana Santa y el Año Nuevo.
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Carlos Felipe y su esposa también han elegido para estos días un destino de nieve, aunque se desconoce si es el mismo que el de los Reyes desde el que han deseado “Felices pascuas desde las hermosas montañas”, un mensaje que han acompañado de una imagen en la que los príncipes aparecen vestidos con ropa deportiva, casco, gafas protectoras y botas de esquiar. El matrimonio, que es padre de tres hijos, celebró el primer cumpleaños del benjamín de la familia, el príncipe Julian, a finales de marzo.
Poco a poco la corte real sueca va recuperando el esplendor y la actividad de los tiempos prepandémicos. Hace unos días, el Palacio Real de Estocolmo reabrió para la cena de presentación, tras dos años de cancelaciones, cuyo objetivo es ofrecer a los miembros del Parlamento, del Gobierno y del Cuerpo Diplomático sueco, además de a personas que han hecho importantes contribuciones en los ámbitos local, regional y nacional, un banquete en su honor. En total 150 invitados donde tan solo se echó en falta a la princesa Magdalena, que vive en Florida, y donde las damas de la Casa Real hicieron un impresionante despliegue de joyas y tiaras.