No hay descanso en Palacio. Tras los ventanales de la residencia de Victoria y Daniel de Suecia, la vida oficial sigue su curso. El confinamiento retiene a los Herederos suecos en la oficina en casa del palacio de Haga, pegados a un portátil, para cumplir con una apretada agenda a distancia. Y así, en el estricto marco del medio plano que ofrece la pantalla de un ordenador, la pareja real responde a la llamada de los suecos y aborda cada cuestión de esta crisis en un encuentro tras otro.
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Los días se llenan de citas online. El martes 14 de abril, los príncipes Victoria y Daniel asistían a una reunión digital con Business Sweden acerca de los efectos de la pandemia en la economía mundial y las exportaciones suecas. Al día siguiente, miércoles 15 de abril, ambos recibían a la Agencia Nacional de Educación de Suecia para hablar de la educación a distancia en las escuelas durante la pandemia y, más tarde ese mismo día, al Instituto Sueco y al Profesor Lars Trägårdh para conocer toda la información actualizada sobre el COVID-19. Y, así también, los sucesivos.
Como si no mediaran esos dos metros de distancia estipulados y las 14 pulgadas o más del monitor fueran las puertas abiertas de par en par a palacio, los príncipes Victoria y Daniel acomodan a sus visitas unas veces en una salita de estar donde la conversación solo puede ser fluida; otras veces en el salón junto a la biblioteca donde se impone la formalidad de los encuentros, y la mayoría de las veces en el comedor que hace las veces de sala de videoconferencias, donde los suecos están todos invitados a su mesa.
Allí mismo, entre los jarrones de flores que son el nuevo sol de las mañanas confinadas y los adornos gustavianos de la estancia que nos sacan de una oficina cualquiera y nos devuelven directos a Haga, hemos descubierto un romántico detalle durante una de sus jornadas de teletrabajo. La pareja tomaba el café en las especiales tazas de su juego de Rörstrand, la vajilla que fue creada expresamente para la boda real de los príncipes Victoria y Daniel, quienes harán los diez años de casados el próximo 19 de junio. ¿No es encantador?
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