La realeza lo mismo desfila majestuosamente por la alfombra roja que a toda velocidad por la alfombra blanca como suele ser habitual en estas fechas. Cada año las familias reales se reservan unos días para disfrutar de unas vacaciones en la nieve convirtiendo en improvisadas pasarelas de glamour las inmaculadas laderas montañosas. La mayoría son grandes aficionados al esquí, pero concretamente los miembros de las monarquías escandinavas se han criado, como quien dice, con los esquís puestos, y a su pasión se une una especial habilidad para el deporte rey del invierno. Mary de Dinamarca fue hace escasos días una Princesa de las nieves y coronó las cumbres de Verbier acompañada por el príncipe Vincent y su perrita, Grace; y ahora, los reyes Carlos Gustavo y Silvia y los príncipes Carlos Felipe y Sofia de Suecia con sus hijos, los príncipes Alexander y Gabriel, tiñen las pistas como en un parchís de vivo color.
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La Casa Real del país escandinavo compartió ayer en su cuenta oficial de Instagram una fotografía de grupo de la Familia Real sueca durante esta semana blanca. Todos, pertrechados con llamativos equipos de invierno, miran a cámara sonrientes. La princesa Sofia, que acaba de regresar de Ciudad del Cabo donde estuvo supervisando sobre el terreno los proyectos de su organización Project Playground, volvía con ganas locas de disfrutar de Suecia “en su mejor momento”. Da la sensación de que, tras un descenso, el rey Carlos Gustavo fuera solicitado para una foto de recuerdo, ya que es el único de los seis que lleva los esquís.
Al fondo, justo detrás del monarca, puede verse también el pequeño trineo para los desplazamientos de los niños, los príncipes Alexander y Gabriel, que reaparecen junto a los soberanos suecos por primera vez después de haber sido apartados de la Casa Real sueca en octubre de 2019 y relegados prácticamente desde entonces de la vida pública a excepción de las contadas fotografías compartidas por sus padres en sus redes sociales. Ni los Príncipes herederos con sus hijos, ni la princesa Magdalena con su familia, que reside en la soleada Miami y se ha visto obligada a reducir sus visitas al reino, han podido sumarse en esta ocasión a la escapada invernal familiar. A la instantánea acompañaban los “saludos (reales) durante las vacaciones deportivas en Jämtland”.
Storlien, un paraíso de invierno
La Familia Real sueca es una gran aficionada a los deportes de invierno. Por regla general, suele participar en el popular campeonato de esquí de Vasaloppet, pero este año los Bernadotte han elegido en cambio su otro destino favorito: la estación de esquí sueca de Storlien, que se encuentra en el municipio de Åre en Jämtland, a dos kilómetros de la frontera con Noruega. Un verdadero paraíso de invierno en el que el rey Carlos Gustavo tiene una propiedad, que recibió en herencia de sus padres, con varias cabañas para invitados. Antiguamente los fotógrafos eran convocados en Storlien para una sesión fotográfica de invierno, igual que con los Orange son citados todos los años en Lech. Pero en Suecia se perdió la costumbre... Tal vez la nueva imagen pueda ser el comienzo de otra bonita tradición.