Normalmente a un príncipe le escoltan, no le para la policía. Pero una noche inolvidable a Carlos Felipe y Sofía de Suecia les ocurrió la excepción de la regla. La empresaria y filántropa Gunilla von Platen cuenta la anécdota real en su biográfía El dragón en la habitación, escrita por el periodista Malin Roos. La protagonista de estas memorias, la emprendedora siria-sueca que ha llegado a la cima de los negocios en sus altos tacones y de ahí hasta los salones de palacio, vivió el incidente en primera persona junto a los Príncipes después de una cena a las afueras de Estocolmo que se prolongó hasta tarde.
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La pareja real se ofreció a llevarla de vuelta a casa al abandonar la velada a altas horas. El trayecto, apacible, tranquilo, seguro en compañía de los príncipes, no fue tan predecible como se esperaba. “Esto fue antes de que tuvieran a sus hijos. La princesa Sofia y yo nos sentamos en el asiento de atrás del coche y estuvimos hablando sobre lo bien que lo habíamos pasado en la velada de aquella noche: de la gente, de los encuentros, de la comida... El príncipe Carlos Felipe se puso al volante. De repente, un coche de policía emergió por detrás con las sirenas encendidas y nos indicó que nos detuviéramos”.
El príncipe del Rally no levantará el pie del acelerador en un circuito, pero estaba seguro de que no se había saltado el límite de velocidad ni había pasado por alto ninguna señal de tráfico. Y, con todo, “se puso nervioso como cualquiera al que detengan su automóvil de madrugada con las luces azules”. El imponente alto policial acabó en un sustillo gracioso: “Cuando el príncipe Carlos Felipe acercó el coche al arcén y preguntó a los policías uniformados en qué podía ayudar, se echaron a reír: ‘Bueno, eras tú. Recibimos aviso de la presencia real en las carreteras y pensamos que era Zlatan (por el futbolista sueco internacional Zlatan Ibrahimović, uno de los reyes del balón de los últimos veinte años)”.
La anécdota sobre los príncipes Carlos Felipe y Sofia no es el único aliciente del libro. La pluma de Malin Roos franquea la glamorosa fachada de Gunilla von Platen y cuenta la historia de una niña refugiada que crece en un suburbio con ocho hermanos en un hogar estrictamente religioso, donde más adelante se enfrenta a la cultura del honor, al abuso y hasta al asesinato, cuando la madre de Gunilla recibe un disparo delante de sus ojos. Pero también es un testimonio sobre el empoderamiento femenino. De cómo contra todo pronóstico logra acceder a un bastión masculino. De cómo unos años después en una noche inolvidable se hace sitio en el coche de unos príncipes.