La entrega de los Premios Nobel ha vuelto a reunir a la Familia Real sueca, en la que la reina Silvia, sus hijas las princesas Victoria y Magdalena, y su nuera, la princesa Sofia, volvieron a deslumbrar con sus vestidos de gala y el impresionante despliegue de tiaras y joyas reales. Sin embargo, ha sido la mujer del príncipe Carlos Felipe la que no ha querido ocultar un detalle que a primera vista pasó inadvertido y que, gracias al escote en la espalda de su vestido pudimos apreciar: un tatuaje en forma de sol.
La princesa Sofia triunfó con su diseño de escote Bardot con pequeña abertura en V sobre el pecho, mangas puffy extragrandes con botones forrados en el puño, una creación de la sueca Emelie Janrell. La pieza tenía un escote similar en la espalda, que dejó al descubierto su tatuaje, elaborado con tinta oscura entre los dos omoplatos. Orgullosa de él, Sofia, que bien podría haberlo ocultado con otra ropa o dejando su cabello suelto, optó por un moño con mechones sueltos que remató con la conocida tiara transformer, la joya que lució en su boda y cuyas gemas pueden cambiarse. En esta ocasión, la nuera de los Reyes puso unas piedras en forma de lágrima azul, a juego con sus pendientes y con el resto de su estilismo.
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Lo cierto es que las mujeres de la Casa Real sueca no defraudaron y volvieron a fascinar con su vestuario, que en esta ocasión tuvo una tónica predominante: sus originales escotes. La heredera al trono, aunque eligió la sobriedad del negro, impactó con un vestido de escote y mangas asimétricas y una voluminosa falda acolchada. Su hermana Magdalena, que viajó hasta Suecia desde Miami, donde vive con su familia, llevó un vestido palabra de honor con truco, ya que en realidad se trataba de un diseño de tirantes transparentes obra del diseñador venezolano Ángel Sánchez. También la reina Silvia apostó por las transparencias con una pieza de Elie Saab y la tiara de las Nueve Puntas, un encargo del rey Oscar II de Suecia como regalo para su esposa, Sofia de Nassau.
Tras la entrega de galardones, que tuvo lugar en la Sala de Conciertos de Estocolmo, la Familia Real, junto con el resto de invitados, disfrutó de un gran banquete, que tuvo lugar en el Salón Azul del Ayuntamiento de la capital, que estuvo bellamente engalanado para la ocasión. Los asistentes degustaron un menú elaborado por los chefs Sebastian Gibrand y Daniel Roos a base de caviar de Kalix sobre lecho de pepino, colinabo marinado, crema de anémona y salsa de rábano picante al que le siguió un pato relleno de cantarelas negras y tomillo de limón. Como postre, una mousse de frambuesa y chocolate, nata y sorbete.
La Familia Real sueca en la entrega de los Premios Nobel