El verano ya está aquí. Lo proclaman los calendarios (hoy comienza oficialmente), la publicidad (de los grandes almacenes y de los aires acondicionados), los escaparates (los escotes asimétricos, los tirantes, la ropa de baño)…, y las agendas reales (se vacían de compromisos por unas semanas). Magdalena de Suecia, que ha estado los últimos quince días en su añorado Estocolmo (ahora vive en Miami) cumpliendo con sus labores de Princesa (varias visitas a fundaciones béneficas, la presentación de su libro y una gala en palacio) y disfrutando en famila del tiempo libre en la capital (celebraron el 4º cumpleaños del príncipe Nicolas con un picnic en Gärdet), ha cerrado su agenda y ha puesto rumbo a latitudes más cálidas para unas merecidas vacaciones.
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Ninguno de los miembros de la Familia Real sueca se pierde por nada del mundo su verano en Niza y, aunque Miami tenga estupendas playas, que visitan siempre que pueden, Magdalena de Suecia y su familia tampoco perdonan su estancia en la costa Azul. La Princesa, su marido y sus tres hijos, los príncipes Leonore, Nicolas y Adrienne, tomaron ayer por la tarde en Estocolmo un vuelo de SAS hacia la ciudad costera francesa para relajarse con los amigos una vez llegaran. No dudamos de que la habitual sonrisa de la Princesa se ensanchara al encontrarse de nuevo en su paraíso estival.
No son los únicos miembros de la Familia Real sueca que han aterrizado en medio de la brisa marina de la Riviera francesa. Carlos Felipe de Suecia, su mujer y sus hijos comenzaban la semana de la mejor manera: con la arena entre los dedos y el mar azul como horizonte. Las vacaciones en la casa de la playa Villa Mirage en Sainte-Maxime durante la temporada estival se han convertido en una tradición para la pareja. Una tradición, que ya comenzó antes de tener hijos y que con la llegada de los príncipes Alexander y Gabriel se mantiene firmememente. Muchos de los amigos de los Príncipes tienen hijos de la misma edad, así que los pequeños tampoco pueden imaginar otro destino mejor de vacaciones.