Como cada 12 de marzo, el Palacio Real de Estocolmo se engalana para acoger los festejos con motivo de la onomástica de Victoria en el llamado Día del Nombre de la Princesa, que llegó sonriente y feliz acompañada de su familia. En uno de los patios del Palacio, la familia escuchó a la banda del Ejército tocar la Marcha de Victoria, dedicada a la heredera, a la que le hicieron entrega de un ramo de flores, mientras su familia disfrutaba del día, aunque algunos más que otros.
A pesar del ambiente festivo del acto, al que se acercaron multitud de ciudadanos ansiosos por ver de cerca a los príncipes, el pequeño Oscar de Suecia, que acaba de cumplir tres años, no parecía divertirse tanto como los mayores. Aunque aguantó todo el evento tranquilo y con mucha profesionalidad, a las cámaras no se les escapó el mohín que se dibujaba en su rostro durante un acto, que desde luego, no es el más entretenido para un niño tan pequeño. En cambio, su hermana Estelle no dejó de repartir sonrisas a los allí presentes demostrando que puede ser una digna sucesora de su madre.
Tanto Victoria, vestida toda de granate con bufanda, abrigo y botines, como Daniel de Suecia, no dejaron de estar pendientes de su hijo, también muy abrigado de azul marino, al que se acercaron varias veces al observar su expresión de disgusto. Mientras tanto, Estelle, que ya tiene siete años, aplaudía feliz con un look totalmente rosa e incluso se acercó a oler las flores que habían entregado a su madre.
En cualquier caso, Estelle y Oscar han demostrado en múltiples ocasiones que saben comportarse como los principitos que son y, además, nos han regalado todo tiempo de momentos divertidos y entrañables. En navidad los pudimos ver decorando la casa o esquiando en familia por los bosques suecos. Más recientemente, Oscar ejerció de perfecto (y valiente) bombero junto a Daniel de Suecia durante una visita a Brännkyrka, en Estocolmo. Con el casco puesto, el nieto del rey Carlos Gustavo se convirtió sin ninguna duda en el bombero más lindo del reino.