El motivo de su discurso era recordar la importancia de apoyar a la infancia y el príncipe Daniel de Suecia no pudo evitar recordar en ese momento a su hija Estelle. En sus palabras se adivinaba el inmenso amor que siente por ella y lo importante que es su faceta de padre, cuando se tratan temas tan sensibles. El marido de la princesa Victoria comentó en un seminario cómo su mujer y ella decidieron crear la fundación Generation Pep, una organización sin ánimo de lucro que trata de crear conciencia y busca compromiso para garantizar la buena salud de la infancia.
“Suecia debería ser un país donde todos los niños y jóvenes tengan las mismas condiciones para una vida activa” aclaró. Fue entonces cuando recordó a su hija mayor y no pudo evitar emocionarse. Mientras comentaba lo que significa tener una esperanza de vida de seis años, mencionó a su niña. “Nosotros, que tenemos hijos, sabemos qué sucederá en seis años y cuánto echarías de menos el no poder vivirlos. Nuestra hija Estelle cumple seis años en febrero. Me resulta difícil pensar en perderme un mes o un año de su vida debido a una enfermedad. No puedo pensar algo así” dijo, con una expresión preocupada.
Mencionó situaciones cotidianas e hizo referencia a su propia experiencia –él se sometió a un trasplante de riñón en 2009-, enfatizando la importancia de la rutina. “Cuando tienes mala salud, algo que yo he experimentado, son esas cenas con amigos y el día a día lo que más valoras”. Pidió responsabilidad a los distintos sectores de la sociedad, compañías, medios de comunicación y a la familia y explicó que las pequeñas acciones ayudan. “No podemos aceptar que algunas vidas duren menos que otras solo porque haya diferencias socioeconómicas” aclaró.
Estelle y su hermano Oscar, de año y medio, son los auténticos “reyes” en casa de Victoria y Daniel de Suecia. Los pequeños, que en sus recientes apariciones públicas se han mostrado traviesos y curiosos, son el ojito derecho de sus padres. Para muestra las tiernas palabras que les dedican.