Hay veces que la agenda oficial, repleta de compromisos, parece diseñada especialmente según la etapa que atraviesan los miembros de las familias reales. Como anoche en la Corte Real sueca, donde una gran cena de gala celebraba por todo lo alto en el Palacio Real la última gran alegría de los Bernadotte tan sólo unas pocas horas después de haberse anunciado ese mismo día que los príncipes Carlos Felipe y Sofia esperaban para septiembre su segundo hijo.
Carlos Felipe y Sofia de Suecia esperan su segundo hijo
¡Ahora sí! Sofia de Suecia abre el joyero real
Las hermanas de Sofia de Suecia dan un paso más
Fue realmente una noche maravillosa. Entre flores de cerezo, lilas y flores de almendro, la galería de Karl XI albergaba una gran mesa perfectamente puesta con la plata más fina y la exquisita vajilla que los Reyes recibieron como regalo de bodas hace más de 40 años. Si cualquier velada en Palacio es de por sí emocionante, el primer banquete oficial tras darse a conocer la buena noticia generaba expectación añadida. El príncipe Carlos Felipe y la princesa Sofia, radiante con un vestido largo de satén rojo y la pequeña tiara de acero de la princesa Victoria, fueron evidentemente los protagonistas de la cena con atención extra. Todos querían felicitar a la pareja real y, los más curiosos, preguntar a la Princesa cómo se encontraba o si quería la parejita.
También recibieron la enhorabuena de sus invitados por el sexto nieto que viene en camino el rey Carlos Gustavo y la reina Silvia, que para la gran ocasión se decantó por el azul noche y la preciosa tiara de No me olvides de Connaught, con aguamarinas como piedras centrales. La sonrisa de la princesa Victoria, que optó por el vivo verde esmeralda y la tiara de Laurel de su tía Lilian, no dejó lugar a dudas del regocijo de la tía. Los grandes ausentes fueron la princesa Magdalena y su marido, Chris O’Neill, que residen con sus niños en Londres, aunque viajan a Suecia a menudo y aprovechan sus largas estancias para cumplir con los compromisos de la agenda oficial. Una agenda que anoche no podía cuadrar mejor con este tiempo de celebración.