La vida es sueño y los de Magdalena de Suecia están casi todos relacionados con los niños. Como madre, estar lo más presente posible en la vida de sus dos hijos, la princesa Leonore y el príncipe Nicolas, como ellos lo están en sus redes; como Princesa continuar infatigable su lucha por los derechos de la infancia. Y a estos ahora suma un proyecto secreto, del que no ha querido desvelar apenas detalles: está trabajando en su propio libro. La hija pequeña de los Reyes suecos sabe mejor que nadie de princesas y castillos, por lo que no sería de extrañar que planee uno de temática infantil. Ha sido muy enigmática al respecto y solo ha revelado que se ha dado un plazo de un año y que entonces sabremos exactamente en qué consiste: “Por el momento sólo puedo decir que va a ser muy divertido”, ha dicho en su primera misión oficial en Londres rodeada de libros y de niños.
Magdalena de Suecia y los doce
Las primeras veces nunca se olvidan y el primer compromiso oficial de Magdalena de Suecia representando a la corona sueca en suelo británico, donde la Princesa vive feliz y come perdices con su familia desde el verano de 2015, será inolvidable para una docena de chicos que tuvieron la oportunidad de conocer a una princesa de cuento por primera vez fuera de las páginas de los libros de sus estanterías. La hija del rey Carlos Gustavo y Silvia inauguraba en el Southbank Centre de Londres, en el marco del Festival infantil Imagine, que se celebra cada año durante las vacaciones de febrero, la biblioteca pedagógica infantil, Casa de los Niños, llevada a cabo por el centro cultural Kulturhuset de Estocolmo.
Allí respondió a la insaciable curiosidad de los niños y de los medios de comunicación. Confesó por primera vez, en una entrevista en exclusiva a Expressen, su dislexia, que en su momento ya admitieron sus hermanos, Victoria y Carlos Felipe de Suecia, y declaró que aunque la princesa Leonore ha ido adquiriendo poco a poco el gusto por los clásicos infantiles nórdicos, como las aventuras de Pippi Langstrump, el príncipe Nicolas, mucho más paciente que su hermana, probablemente se convierta en un “ratón de biblioteca”.
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A pesar de que la princesa Madeleine vive en Londres a miles de kilómetros de casa, afirma mantenerse cerca de los suecos a través de su cuenta oficial en Facebook, donde comparte pequeños destellos de su vida familiar con el casi millón de seguidores: “Quiero que Leonore y Nicolas formen parte de la vida del pueblo sueco”. No concluyó la charla sin defender los progresos de Chris O’Neill con el sueco o sin referirse a las “numerosas inmerecidas críticas” que ha recibido su marido. Tampoco dejó de responder a la pregunta obligada de si regresará algún día a su reino: “Terminaremos en Suecia algún día. Es solo una cuestión de tiempo”.
Magdalena de Suecia parecía una moderna Blancanieves con capa, la prenda que ha vuelto a Palacio, arrodillada ante los doce chavales, que no siete. La Princesa eligió para la sesión de cuentacuentos un top blanco de la colección de primavera de la marca rusa Vilshenko, adronada con un delicado bordado de pequeñas flores, y una falda plisada negra de la casa Valentino, su firma favorita, que combinó con botines con cordones a tono, sus propias botas de siete leguas para recorrer trecho en sus aspiraciones de un futuro mejor. Que lo escribirán los niños de hoy.